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A pesar de su pasado en Atlético Nacional, Fredy ‘Totono’ Grisales fue un jugador apreciado por la mayoría de los hinchas barranquilleros. Su entrega, su estilo y ese fútbol de ‘barrio’ que practicaba en la Selección —con la que quedó campeón de la Copa América en 2011— y en los diferentes clubes donde actuó inclinaban la balanza a su favor.

En su mejor momento, muchos deseaban verlo vestido de rojiblanco, pero ese deseo solo se cumplió en 2009, cuando el jugador iba a cumplir 34 años. Su paso por Junior fue fugaz (duró seis meses), las lesiones no lo respetaron, pero igual dejó destellos del gran futbolista que fue.

Su gran deuda, según le contó a EL HERALDO, es no haber jugado un Mundial.

¿Qué hay de la vida de Freddy ‘Totono’ Grisales?

Mi vida en este momento está encaminada en varios proyectos. Estoy estudiando para ser técnico, estoy trabajando en las divisiones menores del Envigado FC y tengo una escuela en el municipio de Bello (Antioquia). Ahí vamos poco a poco, trabajando y formando a muchachos talentosos.

¿Qué le dejó su época de futbolista?

Lo mejor que te puede dejar el fútbol es el reconocimiento y el respeto por todo lo que hiciste en tu etapa como jugador. Hoy en día vivo bien, junto a mi familia, mi señora y mi hija. Tengo buenos amigos, tanto fuera como dentro del fútbol.

Entonces pienso que tengo una vida estable. En lo laboral me dedico ahora, más que todo, a la escuela de fútbol y a trabajar con el Envigado FC, que me abrió las puertas para poder brindar mis conocimientos a los más chicos.

De todas las experiencias que vivió en los diferentes clubes del fútbol colombiano, ¿cuál fue la que más disfrutó y por qué?

Yo la verdad disfruté todas las experiencias, por eso no me arrepiento de nada en el fútbol. Agradezco a todos los clubes que me dieron la posibilidad de darme a conocer, a Nacional, al Medellín, al Junior, al Pereira, al Envigado y obviamente a la Selección Colombia, que fue lo más importante para mí.

De todos los técnicos que tuvo, ¿cuál fue el que más lo marcó?

De cada técnico aprendí cosas importantes, cosas buenas y cosas malas. Destaco la labor de profesionales como Francisco Maturana, Juan José Peláez y Hernán Darío Gómez. Pero el técnico que más me impresionó fue Julio Avelino Comesaña, porque creo que es un gran profesor, una gran persona y aprendí mucho con él. Y por fuera tuve entrenadores de calidad y de recorrido internacional como Alfio Basile, Leonardo Estrada y el Gerardo ‘Tata’ Martino. Fue un orgullo pasar por las manos de ellos.

¿En algún momento pasó por su mente que jugaría en el Junior de Barranquilla o nunca estuvo entre sus planes?

La verdad, sí, porque es un equipo grande del país y todo futbolista desea jugar en los clubes que sean siempre protagonistas. Además, cuando iba con la Selección a Barranquilla la afición siempre me trató bien, les gustaba mi fútbol, sentía que se identificaban con lo que hacía y por eso yo decía que no desentonaría acá.

¿Siente que llegó muy tarde al equipo rojiblanco?

Así es, llegué muy tarde al Junior, porque ya estaba en la curva descendente de mi carrera. Igual quedo tranquilo, porque siempre brindé lo máximo. Lo que tenía en ese momento lo aporté. La verdad no me arrepiento, disfruté mi estancia.

¿Qué fue lo que más aprendió de su paso por Junior?

Aprendí a conocer la forma como se vive el fútbol en Barranquilla, que es una ciudad exigente, que le gusta el espectáculo. No es fácil triunfar allá. Yo pienso que Junior debe ser protagonista en todos los torneos, porque la verdad tiene todo para triunfar, un gran respaldo económico, una hinchada importante y una ciudad con un clima impresionante, al cual siempre se le debe sacar provecho.

Su paso por Barranquilla se resume en solo seis meses, ¿qué fue lo que más lo afectó para no durar más tiempo?

De pronto lo que más me afectó es que me cogió una tendinitis en la parte del talón. Lo que pasa es que la cancha donde entrenábamos, la de la sede Adelita de Char, era muy dura, se prestaba mucho para las lesiones y a mí siempre me complicó.

Y cuándo le tocaba venir a enfrentar al Junior en Barranquilla, especialmente jugando para Nacional, ¿cómo lo vivía?

Ufff, eso sí era duro (risas). Siempre he dicho que jugar en contra del ‘Metro’ es muy complicado. Es complicado por la afición barranquillera y por el clima. A todo el mundo le cuesta jugar allá.

Actualmente, ¿cuál es el equipo que más le gusta en Colombia?

Para mí, en este momento, el equipo que más me llena es Santa Fe, porque juega bien al fútbol, porque trata bien la pelota, porque es ofensivo, le gusta el espectáculo y es de los pocos que aún le da importancia a esa figura del volante ‘10’. Junior también lo hace ahora con Macnelly, por eso muestra también momentos de buen fútbol.

¿Se ve mucho en el fútbol que los técnicos les pidan plata a los jugadores para ponerlos a jugar?

Eso siempre se ha visto, y no solo en Colombia, en todas partes. Si miramos en este momento el fútbol colombiano nos damos cuenta que ya cualquiera juega, así que algo debe estar pasando. Antes te pagaban a ti por jugar, ahora es al revés.

¿A usted le pasó en algún momento?

Por ahí sí me tocó. En Inglaterra, por ejemplo, para jugar hay que darles algo a los profesores. Lo viví y sé lo que es eso, por eso no me alarmo cuando salen ese tipo de noticias en los medios. Lo que pasa es que ya los futbolistas de hoy en día están abriendo los ojos.

¿Qué le faltó por hacer en el fútbol?

Jugar un Mundial, de resto todo lo disfruté. Fui campeón en Colombia, fui campeón de la Copa América con la Selección, jugué en el exterior, tuve un paso fugaz por Europa, donde no se dieron las cosas por esos inconvenientes que te comenté. En fin, hice de todo, pero me faltó jugar un Mundial.

Por último, ¿cómo le va con las redes sociales?

Nooo, viejo, eso es de ricos, yo soy pobre (risas). No tengo nada de eso, ni tendré.

¿Qué es lo que más recuerda de su paso por la Selección Colombia?

Lo más importante para un jugador es representar a su país y mucho más ganar un título. Yo puedo decir que fui campeón de América, que hice parte de ese selecto grupo.

¿El título de Copa América fue el momento más lindo de su carrera?

Sí, claro, porque si nosotros miramos eso fue una hazaña, algo que más nadie ha logrado, por mucho que se hable de que han habido mejores generaciones. Hemos tenido selecciones que han ido a mundiales, pero la única que logró un título fue la de nosotros, y eso es motivo de orgullo.

¿Por qué en esa época no se alcanzó el protagonismo que se está viviendo ahora con esta Selección?

Lo que pasa es que en la época de nosotros era muy diferente, porque la mayoría jugábamos en el fútbol colombiano, ahora casi el 90% están en el exterior, especialmente en Europa, donde el fútbol es más competitivo. Yo creo que eso era lo que más nos mataba a nosotros, porque las demás selecciones tenían muchos jugadores con recorrido internacional y a nosotros nos faltaba.

¿Cree que en el fútbol colombiano hacen falta más jugadores de su estilo, de ida y vuelta, que sabían con la pelota, que sacaban al equipo desde atrás, que pisaban el área constantemente y que marcaban de media distancia?

En el fútbol colombiano, hablo de nuestra liga, ya no existen ese tipo de jugadores. Pero si miramos afuera, tenemos dos futbolistas que para mí llenan ese perfil, ellos son Fredy Guarín y Juan Guillermo Cuadrado. Creo que todos hemos sido influenciados por el gran maestro de esa labor que fue, en su momento, Fredy Rincón.

¿Con las condiciones que usted tenía, cree que tuviera hoy en día un espacio en la Selección Colombia de Pékerman?

Ufff, claro que sí. Nada más imagínate por un lado al mejor jugador de esta Selección Colombia, que es Cuadrado, y a mí por el otro, ponemos a vivir a todos adelante (risas).

¿Cuál cree que es la clave del éxito de la actual Selección Colombia?

La clave está en los jugadores, que son muy buenos y que tienen recorrido internacional. Por eso se hizo un buen Mundial. Claro está, que cuando enfrentamos a un equipo fuerte nos eliminaron, porque en primera ronda nos medimos a tres selecciones realmente muy débiles. Con esto no quiero desmeritar, pero sí hay que decirlo.