pasado 25 calendarios desde el fatídico adiós del lanzador barranquillero Ronaldo Romero Rodríguez. Si su prematura muerte no hubiese llegado, con absoluta seguridad, Ronaldo habría estampado su nombre como el primer pitcher colombiano en jugar en Grandes Ligas
Ronaldo comenzó muy joven a practicar béisbol en el barrio La Victoria, aunque no nació allí. Llegó procedente de Cevillar cuando apenas era un recién nacido (5 meses).
'Desde pequeño fue un niño juguetón y desde que se empezó a dedicar al béisbol, en el Club La Victoria, su vida cambió porque fue madurando mucho y llegó a firmar a nivel profesional en 1987 por Omar Minaya, scout, en ese entonces, de los Rangers de Texas', recuerda su hermano mayor Ariel Romero.
Sus inicios se dieron en el equipo Rookie, sus condiciones técnicas eran envidiables y su rendimiento lo fue llevando a escalar rápidamente hasta llegar al equipo Gastonia Clase A de la South Atlantic League.
Era un día como hoy, 14 de mayo, pero del año 1990, Ronaldo ya cumplía su segunda temporada con el Gastonia y estaba en su undécimo juego, iban dos innings y su rendimiento, extrañamente, no era el mejor y cargaba con siete carreras en contra. En la parte superior del tercer episodio, ya sentado en la banca, el corazón de Ronaldo latía más rápido de lo normal, alertó su problema al cuerpo médico antes de desvanecerse y caer, después fue llevado a un hospital local, pero nada se pudo hacer.
Un agrandamiento del corazón derivó en un fatal ataque cardíaco, eso dictó la autopsia al cadáver del joven de 23 años.
'Ese día fue un caos total en mi casa, recuerdo que era un día de la madre y recibimos una llamada a las 6 de la mañana diciendo que Ronaldo había sufrido un accidente. La gente estaba sentada en las esquinas, unos cerca de la casa esperando lo que sucedía con mi hermano', recuerda Ariel.
El lanzador derecho barranquillero descrestaba a propios y extraños con su recta, era sin duda un prospecto digno de admirar, tanto por su juego, como por la calidad humana.
'Era un joven humilde, casero. Cuando llegaba de los Estados Unidos compartía con todo el mundo, le gustaba ayudar al vendedor de maní, al de tomates, al hombre de la silla de ruedas. Siempre le prometió a mi madre que cuando llegara a la Grandes Ligas ayudaría a la familia y a los que no fueran de la familia', agregó Ariel, 5 años mayor que Ronaldo.
En el 2006, paradójicamente un 14 de mayo, el pelotero cartagenero Emiliano Fruto le quitaría el rótulo histórico que Ronaldo iba a lucir con orgullo, ser el primer lanzador colombiano en jugar en la Gran Carpa.
Sigue sus pasos
Un sobrino homónimo El hijo menor de Ariel lleva el mismo nombre que Ronaldo Romero, es lanzador, tiene 19 años y los Piratas de Pittsburgh siguen su rendimiento detenidamente.