Con la imagen maltrecha, su estadio más emblemático clausurado y mientras la Conmebol contempla sanciones, el fútbol y la sociedad argentina se miran al espejo después de las inéditas agresiones a jugadores de River Plate en el superclásico ante Boca Juniors.
El organismo rector del fútbol sudamericano abrió ayer un expediente disciplinario contra Boca, que tiene hasta hoy para presentar su descarga por los incidentes de violencia contra River en su estadio La Bombonera en un partido por los octavos de final de la Copa Libertadores.
En anticipación de una posible sanción ejemplar y en medio de una condena generalizada para su club, el presidente de Boca Daniel Angelici dijo que 'se aceptará lo que decida la Conmebol'.
La Conmebol podría dar por terminado el encuentro, que estaba 0-0, y otorgar a River la victoria y el boleto a cuartos de final.
La Bombonera, uno de los símbolos del fútbol argentino, quedó clausurada como escena de un delito mientras las autoridades investigan las agresiones que dieron la vuelta al mundo y dejaron conmocionado al país.
Cuatro jugadores de River fueron rociados con un líquido irritante adentro del túnel inflable cuando entraban al campo de juego para el segundo tiempo, y luego los planteles quedaron varados en la cancha mientras eran amedrentados por una turba descontrolada en las gradas.
'Me llena de angustia, de dolor, no sólo por la imagen del club sino por el fútbol argentino, que hoy se está hablando en todas las regiones', lamentó Angelici.
'Se habla mucho durante 15 días de Boca, de River, pareciera que fuese una batalla y eso va cargando de emociones y a veces cometemos errores los dirigentes, cuerpo técnico, empleados, hinchas', agregó.
Fue uno de los mayores escándalos en la centenaria historia del clásico Boca-River. El incidente cobró mayor relieve por ocurrir en el torneo de clubes más importante de América, y porque fue visto en directo por millones de televidentes en el planeta.
Amarguras en La Bombonera
La Bombonera ha sido escenario de episodios violentos. El más duro fue en 1971 en un partido Boca-Sporting Cristal por la Libertadores que terminó con 19 de sus 22 jugadores expulsados. El estadio fue suspendido por la lluvia de proyectiles lanzados desde la tribuna, al igual que ocurrió en 2005 ante Chivas y en 2008 frente a Cruzeiro.