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Buenos Aires. Con la imagen maltrecha, su estadio más emblemático clausurado y mientras la Conmebol contempla sanciones, el fútbol y la sociedad argentina se miran al espejo después de las inéditas agresiones a jugadores de RiverPlate en el superclásico ante Boca Juniors.

El organismo rector del fútbol sudamericano abrió el viernes un expediente disciplinario contra Boca, que tiene hasta el sábado para presentar su descarga por los incidentes de violencia contra River en su estadio La Bombonera en un partido por los octavos de final de la Copa Libertadores.

En anticipación de una posible sanción ejemplar y en medio de una condena generalizada para su club, el presidente de Boca Daniel Angelici dijo que 'se aceptará lo que decida la Conmebol'. La confederación sudamericana podría dar por terminado el encuentro, que estaba 0-0, y otorgar a River la victoria y el boleto a cuartos de final.

La Bombonera, uno de los símbolos del fútbol argentino, quedó clausurada como escena de un delito mientras las autoridades investigan las agresiones que dieron la vuelta al mundo y dejaron conmocionado al país.

Cuatro jugadores de River fueron rociados con un líquido irritante adentro del túnel inflable cuando entraban al campo de juego para el segundo tiempo, y luego los planteles quedaron varados en la cancha mientras eran amedrentados por una turba descontrolada en las gradas.

'Me llena de angustia, de dolor, no sólo por la imagen del club sino por el fútbol argentino, que hoy se está hablando en todas las regiones', lamentó Angelici. 'Se habla mucho durante 15 días de Boca, de River, pareciera que fuese una batalla y eso va cargando de emociones y a veces cometemos errores los dirigentes, cuerpo técnico, empleados, hinchas'.

Fue uno de los mayores escándalos en la centenaria historia del clásico Boca-River, el duelo más importante del fútbol latinoamericano y que supera a un Real Madrid-Barcelona o Inter-Milan por la animosidad y división que provoca. El incidente cobró mayor relieve por ocurrir en el torneo de clubes más importante de América, y porque fue visto en directo por millones de televidentes alrededor del planeta.

En otros tiempos, River se deleitó con Alfredo Di Stéfano y Boca con Diego Maradona, cuando la violencia en el fútbol argentino distaba de tener esta magnitud.

'Yo no recuerdo que haya pasado algo así en mucho tiempo', dijo al canal Todo Noticias de Argentina el vicepresidente de la Conmebol, Wilmar Valdez. 'Yo creo que una vez presentados los descargos, la comisión disciplinaria va a actuar rápidamente'.

La crudeza de las imágenes de los jugadores secuestrados en el medio de la cancha, mientras eran insultados por hinchas que lanzaban botellas y sin que la policía interviniese por más de dos horas, sacudió a una sociedad argentina acostumbrada a la violencia en su deporte nacional. Las redes sociales estallaron con mensajes de todos los sectores expresando repudio a los incidentes, con el hashtag #SuperVerguenza como el más popular en el país.

River se puso en marcha con todo en su reclamo para que le otorguen el triunfo, a tal punto que 'el abogado del club y el jefe de seguridad viajaron a Paraguay (sede de la Conmebol) con videos, documentación y pruebas', dijo el dirigente del club Norberto Alvarez.

'Fue un bochorno, hasta (el técnico de Boca) Rodolfo Arruabarrena aplaudía los cantos de la gente contra nosotros', declaró Alvarez a TyC. Arruabarrena habló luego pero no se refirió a ese episodio, y entre otras cosas dijo que 'en el campo de juego hubo mucha confusión'.

Según se pudo ver en imágenes de televisión, una persona rasgó el túnel inflable y se cree que roció el líquido sobre los jugadores de River. Después de unas dos horas en la cancha, los futbolistas de River finalmente salieron cobijados por un túnel de escudos de la policía y bajo una lluvia de botellas. Algunos jugadores de Boca, entre ellos el arquero Agustín Orión, saludaron a los revoltosos al irse a los camerinos.

'Yo no vengo a deslindar responsabilidades, Boca es el club que organizó el partido', concedió Angelici. 'Se ha hecho un esfuerzo (por detener la violencia), pero parece que nunca alcanza'.

La presencia de público visitante está prohibida en los estadios argentinos desde 2013 a raíz de los numerosos enfrentamientos entre hinchas violentos, aunque esa medida ha hecho poco para reducir los incidentes.

'Si seguimos así vamos a terminar teniendo un fútbol sin visitantes y sin locales', destacó el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Luis Segura, a Radio la Ciudad.

Este era el tercer superclásico argentino en dos semanas, ya que los rivales también se enfrentaron el 3 de mayo por la liga argentina, un encuentro que terminó 1-0 a favor de los 'Xeneizes', y River ganó la semana pasada 1-0 en el duelo de ida por la Libertadores.

La importancia de este clásico es de tal magnitud, que en España y aprovechando la ausencia de fútbol local en octubre de 2006, un Boca-River fue transmitido en vivo y en directo a través de 'Radio Marca', una de las radios deportivas más importante de ese país.

El fiscal general de la ciudad de Buenos Aires, Martín Ocampo, dijo al canal C5N que dispuso el cierre de La Bombonera para inspeccionar el estadio y 'preservar la prueba'.

'Hay un montón de cosas que hay que investigar', señaló el fiscal, que anunció que será incautado el túnel inflable.

Según el fiscal, el túnel tiene dos capas y habrá que determinar cómo pudo ser rasgado para hacer pasar la sustancia irritante.

Al menos cuatro jugadores del equipo visitante mostraron sus ojos irritados por el ardor: Ramiro Funes Mori, Leonardo Ponzio, Matías Kranevitter y Gonzalo Martínez. Según el club 'Millonario', algunos de sus futbolistas también sufrieron quemaduras.

El secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, aseguró que la responsabilidad del incidente 'es únicamente' de Boca.

'Hubo negligencia por parte del club a la hora de generar la seguridad interna', manifestó Berni.

Para agregarle un tinte más absurdo a la noche, un dron sobrevoló la cancha mostrando una tela blanca con la letra 'B'', en alusión al término 'fantasma de la B' que los hinchas de Boca usan para burlarse de River por su descenso a la segunda división en 2011.

La Bombonera ha sido escenario de varios de los episodios más violentos dentro de partidos locales e internacionales en el fútbol argentino, el más duro un partido ante Sporting Cristal de Perú por la Libertadores que terminó con 19 de sus 22 jugadores expulsados. El estadio fue suspendido en esa ocasión por la lluvia de proyectiles lanzados desde la tribunal local, al igual que ocurrió en 2005 ante Chivas de Guadalajara y en 2008 frente a Cruzeiro de Brasil, cuando una piedra impactó sobre un juez de línea.

La Conmebol tendrá que decidir las medidas disciplinarias lo antes posible, ya que los cuartos de final están previstos para comenzar la próxima semana. El organismo anunció el viernes las fechas y cruces de esa etapa del torneo, pero no hizo mención de la serie en la que Cruzeiro enfrentará al que salga entre Boca y River.

Boca pretende seguir jugando los 45 minutos que le restan al partido, mientras Riverreclama que se le dé por ganado.

La fecha del fin de semana de la liga argentina fue suspendida por la muerte el jueves de un futbolista de la cuarta división que se fracturó el cráneo al chocar con un muro en pleno partido.