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La crudeza de las imágenes de los jugadores secuestrados en el medio de la cancha, mientras eran insultados por hinchas que lanzaban botellas y sin que la policía interviniese por más de dos horas, sacudió a una sociedad argentina acostumbrada a la violencia en su deporte nacional.

Las redes sociales estallaron con mensajes de todos los sectores expresando repudio a los incidentes, con el hashtag #SuperVerguenza como el más popular en el país.

River se puso en marcha con todo en su reclamo para que le otorguen el triunfo, a tal punto que 'el abogado del club y el jefe de seguridad viajaron a Paraguay (sede de la Conmebol) con videos, documentación y pruebas', dijo el dirigente del club Norberto Álvarez.

'Fue un bochorno, hasta (el técnico de Boca) Rodolfo Arruabarrena aplaudía los cantos de la gente contra nosotros', declaró Alvarez a TyC.

Arruabarrena habló luego pero no se refirió a ese episodio, y entre otras cosas dijo que 'en el campo de juego hubo mucha confusión'.

Según se pudo ver en imágenes de televisión, una persona rasgó el túnel inflable y se cree que roció el líquido sobre los jugadores de River. Después de unas dos horas en la cancha, los futbolistas de River finalmente salieron cobijados por un túnel de escudos de la policía y bajo una lluvia de botellas. Algunos jugadores de Boca, entre ellos el arquero Agustín Orión, saludaron a los revoltosos al irse a los camerinos.