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 Alberto Contador ofreció una exhibición de sus destrezas como escalador en el puerto de montaña de Mortirolo y aumentó ayer su ventaja en la clasificación general después de la 16ta etapa del Giro de Italia.

Mikel Landa ganó su segunda etapa consecutiva al recibir la luz verde de su equipo Astana para dejar atrás al capitán Fabio Aru, quien de nuevo tuvo problemas.

Landa cronometró 5 horas, 2 minutos, 51 segundos en el recorrido de 174 kilómetros desde Pinzolo hasta Aprica, que incluyó cinco ascensos categorizados.

El holandés Steven Kruijswijk arribó segundo, a 38 segundos, y Contador cruzó la meta tercero con el mismo tiempo. El costarricense Andrey Amador llegó quinto, a 2:03, y los colombianos Carlos Betancur, Darwin Atapuma y Rigoberto Urán quedaron 10mo, 16to y 21ro, respectivamente.

Aru llegó casi tres minutos detrás de Landa, que ahora es segundo en la clasificación general a 4:02 de Contador. Amador marcha cuarto en la general.

Contador tuvo algunos problemas con su bicicleta en un descenso antes de Mortirolo, pero se puso al frente del pelotón en la escalada. Ivan Basso, compañero del español en el equipo Tinkoff-Saxo, prestó una de sus llantas a Contador cuando la del español se ponchó.

'Fue una etapa complicada para mí, pero la hemos salvado con éxito. Así es el ciclismo. Estoy contento, pues al margen de la avería, he conseguido alejar un poco más a Fabio Aru. El peor momento fue el pinchazo. Afortunadamente estaba a mi lado Basso y me dejó su rueda. El grupo puntero iba a tope', explicó Contador, según el comunicado difundido por su equipo.

El líder del Giro considera que 'las matemáticas no sirven en el ciclismo, puede pasar de todo, averías mecánicas, pinchazos y caídas'.

La 17ma etapa del miércoles es un tramo de 134 kilómetros desde Tirano hasta Lugano, Suiza, con un ascenso categoría tres. El Giro termina el domingo en Milán.