Este domingo será un día histórico para el béisbol de Latinoamérica. Pedro Martínez, nacido hace 43 años en Manoguayabo, ubicado en Santo Domingo Oeste en República Dominicana, recibirá la máxima distinción para un pelotero, ser exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown.
Proveniente de una tierra que respira béisbol los 365 días del año, siendo el país extranjero de mayor población en Grandes Ligas, Martínez es apenas el segundo dominicano en colocar su nombre en esa exclusiva lista. El primero fue Juan Marichal, otro lanzador derecho exaltado hace 32 años (1983).
La hoja de vida de Pedro Martínez, era un tiquete seguro al salón de los inmortales. Galardonado en ambas ligas, en tres ocasiones, con el premio Cy Young, el mayor reconocimiento que recibe un lanzador. Algo que Marichal no pudo conseguir, al lanzar en la era de Bob Gibson y Sandy Koufax.
A eso súmele la asistencia a ocho juegos de estrellas, siendo elegido jugador más valioso (MVP) en la edición de 1999. Ese mismo año, fue el ganador de la Triple Corona de pitcheo (Más juegos ganados, mejor efectividad y mayor número de ponches propinados). Fue líder en ponches en la Liga Americana en tres temporadas y primero en efectividad en cinco. Una de ellas en la Liga Nacional.
Uno de los aspectos que más caracteriza a 'Don Pedro Martínez', como lo llaman cariñosamente en la familia del béisbol, es su humildad. La tranquilidad con la cual se expresa, la cual contrasta con su actitud cuando estaba en el montículo.
¿Cómo fue su niñez?
Fue una niñez dentro de una familia pobre, fue muy divertida. Una niñez donde no entendía las necesidades y las vicisitudes que se pasan. Siendo niño solamente atiendes como responsabilidad a tu escuela. El resto es diversión y cariño familiar, divertirte con los primos. Jugar béisbol. Andar en los montes y comer frutas. Fue una niñez muy sana, comparada a estos tiempos. No había nada de tecnología, todo era a lo natural. Jugar béisbol, siempre fue para mí, la máxima diversión. Yo quería jugar todo el tiempo, que no cayera la noche.
¿Cómo fue el cambio de hogar, de República Dominicana a Estados Unidos?
Fue muy balanceado, porque nunca fuimos de la pobreza a la riqueza. Fuimos escalando poco a poco, administrando los bienes que iban entrando a la casa de parte de mi hermano mayor Ramón, quien fue el primero en llegar a Grandes Ligas, y lo que yo aportaba. Fueron bien administrados y el crédito de eso lo tiene Ramón, quien me supo guiar. Además, aprendí de sus experiencias. Fue un privilegio tenerlo al frente para saber cómo actuar, él era muy preciso en decirme las cosas.
¿Ramón es más que un hermano, es un padre para usted?
Sí claro. Ramón pasa a ser la cabeza de la familia, incluso teniendo a mi papá. Se le hacen preguntas como líder de la familia. Yo soy el penúltimo, así que tenía que preguntar para todo, principalmente a Ramón. Con más razón si eran temas de béisbol. Me sirvió de ejemplo y es la bujía que me inspira.
¿Hubo momentos donde usted quiso regresar a Dominicana?
Sí, hubo varios momentos de desilusión, donde no las vi como entendí que deberían ir. Son procesos que pasas. Para algunos de nosotros sd hacen más difíciles. Yo no era el pelotero más atractivo, era de mediana estatura, no era el prototipo de pelotero que los Dodgers querían tener. Me vi y me sentí estancado. Pero en realidad no estaba estancado, iba creciendo muy rápido, pero no sentía que me daban la oportunidad que merecía. Hubo un momento en spring training, después de un mes en grandes ligas, el equipo no quiso darme la oportunidad, después de habérmelo prometido, de haber aceptado menos dinero para que me dieran la oportunidad, el equipo me traiciona, me dicen que no. Que debo ir a triple A. Me sentí despreciado, pero eso me hizo más fuerte y más persistente. Pero gracias a Dios eso sucedió.
¿Qué lo motivó a mantenerse enfocado en llegar a Grandes Ligas?
Pienso que cada hombre tiene un roll asignado por Dios. En ese momento entendí que Dios me dio ese roll de hacer béisbol. Mi hermano me hizo entender que debía quedarme.
¿Recuerda el 3 de junio de 1995?
Ah claro, lanzando nueve entradas perfectas en San Diego, donde desafortunadamente teníamos un equipo muy inferior y por esa razón no cuento con un juego perfecto. Pero para satisfacción, soy el único en la historia en llevarlo a extra inning y ganarlo. (Pedro Martínez permitió un doble de Bip Roberts en la décima)
No tiene juego perfecto, pero tiene tres Cy Young...
Le doy gracias a Dios por haberme dado esos tres galardones, por guiarme. Gracias a mi familia y me alegro mucho por representar a Latinoamérica y ser el primero en llevar un Cy Young a República Dominicana. Y además, agradezco a Dios por permitirme servir de ejemplo a todos esos niños que son el futuro del mundo. El primer Cy Young en 1997 fue el más significativo, porque era el primero para mi país.
¿Cuál fue la clave para mantenerse sólido en Grandes Ligas?
Soy muy aferrado a Dios, porque es lo que aprendí desde pequeño. Es lo que yo he visto, lo que me ha dado resultado. Es lo que me enseñaron como vida: Dios. Eso me mantuvo. Esas raíces que mis padres inculcaron en mí. Y sobre todo, mantenerme humilde. Yo lo hice como lanzador, pero hay mucha gente que lo hace como periodista, como asistente, como chef, como ascensorista, como gerente, como albañiles, en fin. Debemos ser siempre humildes.
¿Cómo será el discurso de este domingo en Cooperstown?
Sé a quién le quiero dar gracias, a quien quiero resaltar, pero en realidad que voy decir, no sé. Creo que eso es cosa de momento, de sentimientos y yo espero que el momento me ayude a describir bien el sentimiento que voy a tener.
Los colombianos en su carrera deportiva
Pedro Martínez ha tenido buenas relaciones con nuestros peloteros colombianos. En su época activa compartió equipo con Orlando Cabrera, del cual tiene la mejor referencia 'Para mí no solamente un gran pelotero, es una de las personas más inteligentes que yo he conocido alrededor y fuera del juego. Orlando para mí es una persona muy especial. Tuve la oportunidad de verlo crecer en la organización de los Expos de Montreal. Me alegro muchísimo de haber sido parte de su equipo en Boston'.
De igual forma, con Edgar Renteria 'Un pelotero muy versátil y con poder. Con Edgar se dio el caso que cuando nos enfrentábamos era siempre en situaciones muy críticas. Los juegos cerrados, de mucha importancia, no era que los enfrentara de otra forma, pero eran juegos en los que no podías cometer errores, gracias a Dios no cometí errores y él no se pudo aprovechar. Pero en realidad, siempre fue un out difícil y todos los pitchers de Grandes Ligas teníamos que tener cuidado. Es que tenía sus momentos heroicos, recordemos la serie mundial del 97 con los Marlins. Desde su juventud empezó a mostrar que era una persona muy capaz'.
Julio Teherán debe mantenerse enfocado
Hoy en día, se mantiene muy de cerca al lanzador Julio Teherán 'Lo veo muy bien. Ha tenido un poquito de inconsistencia en algunas salidas. Le ha faltado un poquito de concentración. Pero en lo demás se ve a un hombre que está madurando, que está empezando a reconocer su tren de ataque, solo espero que se mantenga enfocado y pueda ejecutar como él quiere'.
La ceremonia se llevará a cabo en el Complejo Deportivo Clark Cooperstown, New York. También serán exaltados el lanzador zurdo Randy Johnson, el derecho John Smoltz y el segunda base Craig Biggio.