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Canadá se gastó unos 2.000 millones de dólares para montar en Toronto los Juegos Panamericanos más caros de la historia, triplicando la inversión de la ciudad mexicana de Guadalajara hace cuatro años.

Al bajar el telón de la máxima justa deportiva del hemisferio americano, los anfitriones están encantados con los frutos recogidos tras dos semanas de competencias.

Los Panamericanos dejan un balance que ratificó la superioridad deportiva de Estados Unidos, pese a presentarse con una delegación de segundo nivel, con la que pretendió adquirir roce internacional.

También reflejó el resurgir de Canadá con su mejor actuación histórica en cuanto a medallas ganadas, el abrupto declive de Cuba, la advertencia a un Brasil que debe trabajar más si quiere sobresalir cuando el año entrante le toque recibir los Juegos Olímpicos.