Hace diez años exactamente, Real Cartagena disputaba ante Deportivo Cali la instancia más importante en la historia del club heroico: la final de la antigua Copa Mustang que se perdió en una doble serie (0-3), pero significó el subtítulo para los dirigidos por Hernán Darío Herrera.
Hoy, contra los tres rivales de grupo y el escepticismo de la crítica que no lo da como favorito, el plantel auriverde emprende mañana la etapa definitiva del Torneo Águila por la búsqueda de retornar a esa misma categoría en donde escribió su página más gloriosa en el 2005.
De aquel entonces se puede aprender e imitar factores determinantes en el éxito del equipo. Por ejemplo, toda una ciudad se atrincheró alrededor de su equipo, la ciudad vivió la 'fiebre amarilla' que se manifestó en los tres partidos como local ante Medellín (1-0), Deportivo Pereira (3-2) y Santa Fe (4-0), que le dieron el pase al conjunto liderado por el atacante Jámerson Rentería, quien igualó en la tabla de artilleros con Hugo Rodallega con 12 goles.
Este año, 2015, el amor y fidelidad de la gente por su Real Cartagena ha quedado patentado al convertir al Jaime Morón en la plaza con el mejor promedio de asistencia de la Primera B. Pese a que la boletería ha sido gratuita todo el año, en el último encuentro por calendario de este año ante América de Cali, elenco de gran convocatoria, la gente pago su tiquete en un lunes festivo de noche.
Hace diez años, la prensa y el cuerpo técnico tenían buenas relaciones, respeto mutuo, acceso y cercanía. Este año si bien Hubert Bodhert goza del respeto, aprecio y admiración de los medios de comunicación, los medios se han alejado de las prácticas, del contacto uno a uno con el futbolista, eso que alimentaba el sentir del hincha, aunque esto no significa que haya malas relaciones. Solo hay una apatía por los malos resultados de los últimos tres años y distanciamiento con el club.
Hace diez años la relación con la directiva del plantel era buena aunque no exenta de críticas. El gerente deportivo de Real Cartagena de la época, curiosamente electo Gobernador de Bolívar este año, Dumek Turbay Paz, era un tipo ambicioso, ganador, con visión aunque no ajeno a las críticas y polémicas con el entrenador de la época. Sin embargo, gozaba de la gran aceptación de la hinchada. Este año y como los últimos ocho años, desde el descenso del 2007, la ciudad ha manifestado un constante rechazo a la familia Rendón, la dueña del equipo.
Así entre similitudes y discordancias, se inicia un proceso competitivo con un Real Cartagena que no asoma como favorito (hace diez años tampoco lo era), tiene motivada a una ciudad que lo apoya (lo mismo que hace diez años aunque con más fervor aquel entonces), tiene un equipo que genera confianza moderada (no cuenta con la mejor nómina del cuadrangular) y que vive un rechazo permanente a sus directivos que no logran, después de tanto tiempo, sintonizarse con el querer de una hinchada fiel y una ciudad paciente.