QUITO. Con el arresto domiciliario contra el ecuatoriano Luis Chiriboga y la detención del peruano Manuel Burga sigue en aumento el escándalo de corrupción de la Fifa que ha salpicado a dirigentes de la Conmebol y la Concacaf, y a sus presidentes Juan Ángel Napout y Alfredo Hawit.
Chiriboga, presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, se presentó ante la justicia de su país el viernes y hoy se le ordenó arresto domiciliario. Las cuentas bancarias de Chiriboga, suspendido 90 días en sus funciones en la FEF, y de los otros dos investigados se encuentran congeladas.
Burga, expresidente de la Federación Peruana, fue arrestado el pasado viernes por la policía cuando salía de su casa en Lima, tras recibir una orden de captura internacional procedente de los Estados Unidos.
En Bolivia, la Fiscalía General anunció que en los próximos días enviará fiscales a Paraguay y EE.UU. para obtener información sobre el nivel de responsabilidad del expresidente de la federación de fútbol (FBF), Carlos Chávez, que también es tesorero de la Conmebol.
Chávez se encuentra preso en una cárcel de Bolivia desde julio pasado. También se ha incluido en el Fifagate al boliviano Rómer Osuna, miembro del comité de auditorías de la Fifa.
Ante el escándalo, la Conmebol llamó a una reunión extraordinaria el viernes 11 de diciembre en Asunción. En dicha reunión, el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Wilmar Valdez, en calidad de vicepresidente único de la Conmebol, puede ser designado sustituto de Napout.
Valdez es el único vicepresidente en funciones después de la detención del venezolano Rafael Esquivel y la renuncia a la presidencia de la federación de Chile de Sergio Jadue, quien se declaró culpable en EE.UU.