PARíS. Seis años antes de suspender a Rusia, la federación internacional de atletismo sabía que en ese país había un dopaje tan fuera de control que temió que algunos atletas pudiesen morir por el uso desenfrenado de sustancias prohibidas y consideró la posibilidad de colaborar con las autoridades rusas para ocultar el alcance del programa antes de los Juegos Olímpicos del 2012, según documentos internos obtenidos por la Associated Press.
Cuando finalmente salió a la luz el dopaje generalizado auspiciado por el estado el año pasado, los líderes de la federación, conocida por sus siglas en inglés, IAAF, se mostraron sorprendidos. 'Esto ha sido un llamado de atención vergonzoso', declaró Sebastián Coe, el nuevo presidente del organismo rector del deporte.
Sin embargo, en el 2009, cuando se implementó un sofisticado programa de análisis de la sangre, los controles de la IAAF ya revelaban la magnitud del escándalo en Rusia, de acuerdo con correos electrónicos, cartas e informes de los últimos seis años que la AP recibió de una persona íntimamente ligada al programa antidopaje de la IAAF. Esa persona pidió permanecer anónima porque no estaba autorizada a difundir los documentos.
Por entonces, los resultados de los controles no bastaban para sancionar a los atletas, pero ofrecieron una temprana alerta de la crisis que se avecinaba y generaron interrogantes acerca de por qué el organismo encargado de velar por el deporte esperó seis años para suspender a los rusos, que podrían quedarse afuera de los Juegos Olímpicos de agosto en Río de Janeiro si no se toman medidas correctivas pronto.