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La última vez que Dilson Herrera lloró en una entrevista fue en el 2010 cuando celebró el título del béisbol profesional con Toros de Sincelejo. Esa dejó de serlo anoche cuando respondió el interrogante de qué sintió cuando dio el histórico jonrón que pone a Colombia por primera vez en el Clásico Mundial de Béisbol.

'Esto es lo más grande que me ha pasado en la vida. Le voy a contar a todos los que no vinieron que este es el momento más hermoso que he vivido (interrumpió su intervención, sus ojos se aguaron mientras Luis Urueta le dio una palmada en la espalda). Pensé en mi familia, en mi país, en todo. Esto, repito, es lo más grande que me ha pasado', comentó el héroe de la victoria 2 carreras por 1 sobre Panamá en el mismo coloso de Cerro Patacón, el estadio Rod Carew.

En la baja del octavo, y con la cuenta 3 bolas y un sitrike, Manny Corpas, el expelotero de Rockies de Colorado lanzó, el bambinazo fue tan elevado como el supenso que creó la caída del mismo.

Solo cuando la cueva de Colombia explotó fue que todos, incluyendo la prensa colombiana que vino, se dieron cuenta de la gesta que quedará en los anaqueles de la historia deportiva.

Anthony Amaya, el jardinero izquierdo de Panamá, fue a buscarla con la esperanza que una complice ráfaga de viento panameño soplara la bola de 'foul'. No fue así.

Los pocos aficionados colombianos, los pocos costeños que viven y se enteraron del evento deportivo, armaron la fiesta.

El Clase A Ariel Jurado (Texas) hizo un impecable trabajo hasta que rayó el límite de los 60 picheos ordenados por su organización en Las Mayores.

Enfrentó a 9, ponchó a 4, permitió dos hits y colgó dos ceros, dándole confianza a una Panamá que la noche anterior sudó petróleo para ganarle a Francia.

Los del istmo rompieron el celofán en alta de la cuarta entrada cuando el capitán panameño Carlos Ruíz abrió con un doble y luego Caros Quiroz lo remolcó con un sencillo al jardín derecho.

Hasta ese momento el abridor colombiano Nabil Crismatt había retirado seis en línea y mantenido a raya a la batería canalera que le había chocado dos veces la bola.

Una base intencional antecedió la presencia de Quiroz que en el primer turno se la devolvió a los jardines colombianos.

Ruíz anotó desde la segunda almohadilla y Crismatt dejó el campo con dos hombres en las almohadillas y 67 picheos.

Yesid Salazar vino en su auxilio sacando dos outs claves para mantener la desventaja en una cuando Panamá puso dos corredores en posición anotadora.

Ya a esa altura del juego, Colombia enfrentaba los envíos del derecho novato de los Marlins Humberto Mejía, quien se mantenía consistente en el montículo.

Pasadas las primeras cinco entradas, Colombia solo logró ligar cuatro indiscutibles frente a tres de Panamá, pero los cafeteros no habína puesto un solo corredor en la antesala a diferencia de los locales que estaban arriba en el marcador.

Hasta ese momento el picho del equipo de Carlos Lee dominó a una novena nacional que en los dos juegos anteriores en los primeros cinco capítulos anotó 9 carreras.

Tanto Jurado como Mejía se combinaron para darle a su país 5.1 entradas sin carreras, 4 imparables y 7 ponchados.

Sin embargo antes de salir Mejía dejó embasada lo que sería la carrera de la igualdad con un pelotazo a Reynaldo Rodríguez.

El colonense Alberto Acosta dio otro pelotazo a Mauricio Ramos permitiendo que 'Chencho' Rodríguez se estacionara en la intermedia.

El colombo venezolano y torpedero Adrián Sánchez dio un sencillo al jardín central igualando las hostilidades hasta ese momento y cargándole la carrera al espigado Mejía que ya estaba en el 'dogout'.

Rodríguez anotó la quinta carrera en tres juegos.

El juego se desarrollaba como un duelo cerrado del picheo abridor, los relevos impecables, en especial, el de Colombia que se juntó con Yesid Salazar, Greg Nappo, Ángel Vilchez para sumar cuatro capítulos sin carreras y dos hits.

La defensa colombiana ajustó sus clavijas. Venía de sendos juegos con dos errores. La esquina caliente con Mauricio Ramos y el campocorto Adrián Sánchez volvieron esa parte una fortaleza como las murallas de Cartagena.

El juego lo gana el relevista Carlos Mario Díaz y con la derrota cargó el taponero Manny Corpas.

Colombia da un paso histórico que confirma su avance en los últimos años en todas las aristas: desarrollo de peloteros, consolidación de una liga profesional, aumento de peloteros en el béisbol organizado.

Ahora falta un respaldo institucional que le brinde mejores instalaciones para la práctica de la pelota caliente en nuestro país.