En una máquina del cuerpo de Bomberos fue trasladado de la funeraria Los Olivos a la Catedral el cuerpo del locutor deportivo Édgar Perea para su velación en cámara ardiente.
A la entrada lo esperaba la gente para brindarle un último reconocimiento a quien en vida nos hizo vibrar con sus narraciones.
El féretro fue cubierto con una bandera de Junior y al grito de 'Dale campeón, dale campeón, dale campeón', fue ingresado a la Catedral. También algunos prefierieron acompañar su ingreso con el grito de gol característico de Perea.