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El lateral vallecaucano Pablo Armero, quien salió el pasado miércoles bajo fianza de una cárcel en Miami, en la que fue recluido por actos de violencia doméstica contra su esposa María Elena Bazán, se manifestó ayer en su red social Instagram, donde dejó un mensaje acerca de lo ocurrido en territorio norteamericano.

'Gracias a Dios, a mi familia y a todas las personas que me conocen y saben que soy un hombre de Dios. Todo se fue más de lo normal y lo que se dice de mí no es ni fue así. Así es la vida y hay que pensar positivo. Soy un hombre de fe, no soy lo que pintan. Las críticas, sin saber el fondo de las cosas, incomodan. Estoy muy feliz de ver a mi familia que me apoya y me conoce. Muchas gracias y disculpas a todos', escribió.

El jugador ya se encuentra en territorio vallecaucano y está previsto que la próxima semana hable ante los medios de comunicación para dar su versión de lo ocurrido.