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El base Kyrie Irving y el alero LeBron James, las dos figuras de los Cavaliers de Cleveland, que decidieron el quinto partido de las Finales de la NBA con 41 puntos cada uno, admitieron al regresar a casa que repetir lo conseguido la noche del lunes en Oakland ante los Warriors será algo muy difícil.

Ambos respondieron con el partido de su vida en las Finales de la NBA, porque de no haber sido así, ahora ya estarían pensando en las vacaciones en lugar de prepararse para el sexto, que también será de vida y muerte, ya que los Warriors de Golden State tienen ventaja de 3-2 en la serie que disputan al mejor de siete.

La inspiración encestadora de Irving y James les permitió anotar canastas desde cualquier posición, sin importar el tipo de defensa que le hiciesen los jugadores de los Warriors, que echaron en falta al ala-pívot Draymond Green, suspendido con un partido, por la provocación que le hizo la estrella de los Cavaliers.

La suspensión le vino también muy bien a la NBA, porque al menos habrá un partido más, con lo que eso supone en ingresos, y si ya se llega a un séptimo, entonces el gran héroe de las finales para la liga, en el apartado económico, será James por la provocación y Green por caer en la trampa.

La realidad es que los Cavaliers se mantienen con vida después de ganar a domicilio 97-112 a los Warriors, que no pudieron aguantar el ritmo encestador de Cleveland en el cuarto periodo y ahora lo único que cuenta es el sexto, que se jugará hoy (8 p.m.) en el Quicken Loans Arena de Cleveland.