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Habib de las Salas, quien duró dos meses en Río de Janeiro preparando su participación en los Juegos Olímpicos, llegó el lunes en la noche a Barranquilla.

Instalado en su barrio Carrizal, con los consentimientos gastronómicos de su madre Zunilda, el pesista, ganador de un diploma olímpico en la categoría de los 56 kilogramos, dialogó con EL HERALDO sobre su participación y de lo que viene con miras a Tokio 2020.

¿Qué balance hace de su participación en sus primeros Juegos Olímpicos?

Fue una experiencia gratificante. En Toronto (Panamericanos) había sido lo mejor, pero ahora unos Olímpicos es algo impresionante. Obtener uno de los primeros seis lugares es importante. No obstante se había podido hacer más, pero no voy a bajar la cabeza y trabajaré más duro. En Tokio estará la recompensa

Usted fue el mejor Latinoamericano de su categoría porque fue vencido por cinco asiáticos...

La única potencia que nos ha hecho la resistencia es Asia, pero hemos estado trabajando para ganar el nivel que ellos tienen. Es algo posible.

¿Cómo derrotar a los asiáticos?

El problema es que la cultura de allá gira en torno a las pesas. Desde el colegio, desde que empiezan, le aplican el apoyo y la tecnología. Por eso son campeones sub-15, sub-17, porque tienen buen apoyo.

Su total fue 266 kilogramos (119 arranque y 147 envión), ¿se siente conforme?

Se utilizaron estrategias porque no había venido entrenando muy bien. Tenía una molestia en la pierna (derecha), pero los entrenadores (Oswaldo Pinilla y José Oliver Ruíz) no se arriesgaron para que fuera por más peso. Luchamos por el diploma y se consiguió.

¿Y la operación de menisco en su pierna izquierda le molestó?

Para nada

¿Habib de las Salas estará algún día a la altura de los pesistas chinos, por ejemplo?

Habib de las Salas puede estar al nivel de los chinos y de cualquier asiático. He aprendido nuevas cosas, a manejar mi posición corporal y eso lo voy a demostrar en el nuevo ciclo olímpico para ir a Tokio.

¿Qué pasó por su mente cuando veía al chino Long Qingquan ganar, incluso era más pequeño que usted?

(Risas)Entre más pequeño es uno, mejor le va. Y bueno, lo que pensaba y me decía era que por qué no puedo yo si él lo está haciendo. Verlo me daba ímpetu, pero por momentos mis piernas no me respondieron como esperaba.

¿No ha pensado en competir en una categoría más pesada (62 kilogramos)?

Sería bueno, lo malo es que el tiempo de trabajo para cambiar de categoría oscila entre dos años o año y medio. Al cambiar, la selección no me necesitaría y trabajaría aparte.

¿Cómo vio el desempeño de Óscar Figueroa, que incluso fue su compañero de habitación?

Es una persona muy fuerte mentalmente y eso he aprendido de él. Lo que piensa lo hace realidad. Dijo que iba a ser campeón olímpico y ahí está.

¿Qué tal le parece la reforma que le quitaría dinero al deporte?

Como deportista nos debe parecer indignante. Fue la mejor presentación y nos van a quitar el poco apoyo. Así no es.

¿Qué tal era la Villa Olímpica?

Para ser unos Juegos Olímpicos no era lo que esperábamos. Le faltó más organización.

¿Era verdad que demoraba 40 minutos para comprar en el McDonald’s de la villa olímpica por las filas?

(Risas) Nojoda, sí. Tenía que comprar comida como para tres días.

¿Vio a algún deportista famoso?

Me tomé fotos con Pau Gasol y Murray. Andy es muy humilde, le regaló a un niño tenista un pin (logotipo británico), pero le tocó sacar todo lo que tenía en la maleta para buscarlo.