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Se crió en el barrio San Pachito, en Barranquilla. Cogía la ruta de bus de María Modelo, luego hacía transbordo en un Soledad 2000 y llegaba por fin a su destino, el estadio Metropolitano. Épocas de sacrificio donde a veces escaseaban los pasajes, pero con tesón y mucha velocidad, ha logrado ir a dos Juegos Olímpicos.

Pese a que en ninguna de las dos justas (Londres 2012 y Río 2016) superó la primera ronda, considera que su carrera ha sido valiosa porque tuvo que sobreponerse al abandono gubernamental, el cáncer que destruye lentamente al deporte.

Briggite Merlano, residente hace 11 años en Puerto Rico, gracias a una beca universitaria (Universidad del Turabo) para estudiar sicología y fonoaudiología, es la atleta insignia del Atlántico desde hace más de una década.

Antes de los Olímpicos venía haciendo un buen tiempo, pero volvió a quedarse en primera ronda en la prueba de los 100 metros vallas, ¿qué le pasó?

Había hecho bien la preparación y creo que se corrió bien, pero ese día yo esperaba estar por debajo de los trece segundos. Creo que perdí mucho tiempo al principio. También estuve en un heat difícil porque otras atletas clasificaron con un tiempo menor al mío.

¿Volvió a ser la salida la piedra en el zapato?

Desde el partidor se hizo una buena labor, pero cuando intento ir de la segunda a la tercera valla, caí para atrás y no me dio ventaja para acelerar y perdí tiempo. Luego me acomodé, después de la tercera, y finalicé. Es más, yo dije: 'Con ese inicio tan malo y logré hacer 13.09 segundos'.

Y en Medellín obtuvo el cupo con 12.94 segundos, ¿por qué no lo pudo hacer de nuevo?

Creo que este año estuvo muy bueno y tuve mucha consistencia. Yo era una atleta que siempre estaba en tiempos de 13.13, 13.15 y ahora he estado dos veces por debajo de los 13 segundos y con registros de 13.05, 13.06. Mejor dicho, todos los ceros (risas).

Comparando con Londres le fue mejor porque allá hizo 13.21...

Cuando llegué a la meta dije: 'Por favor que mi tiempo sea 13.20 (risas)'. Y de verdad que he trabajado mucho. En Londres llegué con una lesión y en Río lastimosamente no tuve buena suerte para salir. Tengo aún la ‘piquiña’ porque no estoy tranquila con lo que hice y sueño mucho con la carrera.

¿Qué le dijo su entrenador (Carlos Guzmán) quien además es el de Puerto Rico?

Sí, el viajó con Puerto Rico. Lastimosamente estamos tristes porque nos habíamos preparado bien. Queríamos llegar a la final. Yo llegué a Río siendo 37 en el ránking y acabé en la plaza 28. Ya ahora toca pasar la página porque así es el deporte.

¿Cree que puede llegar a Tokio 2020?

No creo, lo veo bien lejos. Mi sueño más grande es correr en Barranquilla, en los Juegos Centroamericanos, eso es lo que me aguanta. Quiero correr en mi ciudad porque nunca lo he hecho y quiero retirarme ante mi público. Creo que es una buena oportunidad y esa es la línea por donde creo que voy a moverme.

¿Cómo ve la logística de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018?

Yo me imagino que por el hecho de que son unos Juegos Centroamericanos hay mucha gente involucrada: Coldeportes, la Odecabe, entre otros. Espero que se hagan las auditorías pertinentes para que se cumplan los objetivos.

¿Le interesa ser directivo después que culmine su carrera?

La verdad quiero prepararme en mi ámbito profesional. Quisiera que las personas que estuvieran involucradas en el deporte sepan de esto y algún día hayan cogido sol. Ejemplo, no puedes poner de director del Carnaval de Barranquilla a alguien que nunca se ha parado en la Vía 40 a ver la Batalla de Flores. Lo más triste de los dirigentes en Barranquilla es que no van ni a los escenarios. Eso es lo más triste.

Caterine Ibargüen vive en Puerto Rico también, ¿cómo vio el triunfo de ella, han hablado o hablaron en la Villa?

No, no nos hemos visto. La Villa es una ciudad y es difícil encontrarse. Me imagino que debe sentirse más feliz que nadie y muy merecido por el talento y la gran deportista que es. Acá en Puerto Rico vivimos en lugares diferentes, ella en San Juan y yo en San Lorenzo, pero entreno en Caguas. En las competencias de vez en cuando nos vemos.

¿Cómo ve la intención del gobierno de hacerle un recorte presupuestal al deporte para el 2017?

La gente del Gobierno debe entender y ver al deporte como una salida a la problemática del país. Al boxeador (Yuberjen Martínez) le tocó recoger guineos cuando era joven. Él, fácilmente, ha podido ser reclutado por algún grupo armando ilegal, pero no fue así. Decidió ser deportista. Queremos la paz, pero no se hace nada por el pueblo. Es no es entendible.

'La pista está solo para que se vea linda en los partidos'

Briggite Merlano, que le tocó entrenar en el Metropolitano cuando no se había cambiado la pista atlética, criticó que no existan partidores, ni vallas en buen estado.

'Barranquilla está atrasada 15 años. No hay una política pública. El talento se desperdicia porque el muchacho no tiene para el bus, para comer. Eso es lo triste. La pista atlética ni partidores tiene, solo la compraron para que se vea bonita en los partidos de fútbol. En el atletismo atlanticense yo soy la única que va a esta competencia, a la una, a la otra. No debe ser así porque detrás de mí deben haber 10 más. En Antioquia, salen atletas por todos lados y son de provincia, ni siquiera de Medellín. El boxeo, por ejemplo, es de los peores escenarios que hay en Barranquilla. Los dirigentes no trabajan a largo plazo, no hay una Villa donde los talentos lleguen y se formen', dijo la atleta de 34 años.

Merlano dijo que le habían prometido ayuda de la Alcaldía para Río-2016, pero 'el dinero jamás llegó'. Aseguró que irá a los Juegos de 2018 por amor a su ciudad que por dinero.