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La timidez que evidencia Juan Pablo Ruiz Guerrero se va en un abrir y cerrar de ojos cuando se sube al tatami. Pareciera que la vestimenta larga y de color blanco que luce, lo transformara.

El judo lo lleva en la sangre. Aunque a los cuatro años se inclinó por el deporte de origen japonés, también practicó fútbol y bicicrós. A los 6 calendarios se enamoró de la técnica y de la forma en la que ejecutaba los movimientos.

'Desde muy pequeño mi papá me traía, pero no para practicar, solo para ver. Desde ahí me fue gustando, hasta que un día me compró un uniforme y comencé a entrenar', sostiene mientras sonríe.

Todos los días le dedica cuatro horas a su entrenamiento, pero 19 segundos le bastaron para sentir en su pecho lo que representa una medalla de oro y ser campeón nacional. Juan Pablo, de 14 años, se consagró en Popayán, en donde fue el mejor de su categoría (sub-15) en 64 kilogramos. Ganó sus dos combates y se coronó campeón de Colombia.

Ruiz Guerrero despachó en siete segundos al valluno Jeremy Martínez y luego en la final derrotó en 12 segundos al antioqueño David Amaya. Cuando este chico de octavo grado recuerda estos combates del campeonato nacional, que se realizó del 24 al 27 de agosto, su voz se entrecorta y se queda mudo por unos segundos. Luego reacciona y suelta una frase que refleja el sueño que tiene con el judo.

'Lo que hice fue algo muy grande. Ahora quiero figurar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe y ganar en unos Juegos Olímpicos. Estoy listo para presentar al Atlántico y a Colombia', sostiene con seguridad el joven barranquillero.

El espejo de Juan Pablo es Francisco Ruiz, su entrenador y su padre. ‘Pacho’, fundador de la Liga de Judo en el Atlántico, cuenta algunas de las adversidades que le ha tocado pasar, pero cuando ve los frutos que ha sembrado, se alegra y sabe que cosas mejores vendrán.

'Nosotros vivimos en la 11 con 38 (barrio Las Palmas) y a veces nos venimos caminando hasta el estadio Metropolitano -donde está la Liga de Judo- porque no tenemos los recursos para venirnos todos los días en bus. Nos toca a pie, pero lo hacemos con el mayor de los gustos porque amamos lo que hacemos', dice el orgulloso padre.

Juan Pablo no pierde de vista a Yuri Alvear, la judoca vallecaucana que logró la medalla de plata en los pasados Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. La admira, pero él también quiere escribir su propia historia en el judo y demostrar que en Barranquilla también salen buenos judocas.

'A Yuri la vi ahora en el campeonato, la saludé y me tomé una foto con ella. Cuando la vi en los Olímpicos me dio un poquito de nervios, era como si estuviera yo allá. Cuando perdió la final con la japonesa me dieron ganas de llorar', dice.

Ruiz Guerrero fue campeón en 19 segundos, pero para su padre eso fue una felicidad eterna.

'Esos dos combates duraron 19 segundos, pero la alegría fue inmensa. Es un pequeño paso. La meta de nosotros son las olimpiadas 2024. En el Atlántico hay un semillero de niños muy dedicados al judo. En los Centroamericanos nosotros no vamos a estar en la logística, vamos a ser protagonistas y estoy seguro que vamos a ganar varias medallas', apuntó el exjudoca.

El próximo reto de Juan Pablo es consolidarse en la Selección Colombia, ya tiene medio tiquete asegurado. Por ser campeón nacional se ganó el derecho de estar en el Torneo Panamericano de Santo Domingo (República Dominicana), que se realizará del 10 al 13 de noviembre, en tierras extranjeras. También espera ser brillante y seguir demostrando que Barranquilla no solo da buenos futbolistas, beisbolistas y boxeadores.