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Jon Lester lanzó seis entradas sólidas y se combinó con su relevo Aroldis Chapman, quien tuvo una noche de ensueño para darle una victoria de 3-2 a los Cachorros de Chicago sobre los Indios de Cleveland y ahora irán a campo enemigo para tratar de seguir revertiendo la serie que sigue en su contra 3-2.

La serie viaja al Progressive Field, estadio de los Indios, donde mañana la novena de Chicago tratará de forzar un séptimo y definitivo juego del Clásico de Otoño y convertirse en el último equipo desde 1985 que superaron a sus contrincantes estando en desventaja 1-3 en una serie.

Los Cachorros ligaron cinco imparables, cuatro de ellos al hilo en la cuarta entrada incluyendo un vuelacercas de Kris Bryant para igualar la pizarra y pasar de largo ante un adverso 1-0 que tenían a los Indios liderando la pizarra desde la alta del segundo con un jonrón de José Ramírez.

Bryant conectó el estacazo sin corredores en las bases y se convirtió en el segundo pelotero más joven de los ‘Cubs’ en desaparecer la bola en una Serie Mundial.

El batazo quebró el frío en los huesos que había abrazado a la ofensiva de los locales que hasta antes de la entrada en mención solo le había golpeado la bola en una ocasión al abridor Trevor Bauer.

Anthony Rizzo la mandó a los jardines para llevarse dos bases, Ben Zobrist la devolvió de nuevo al guardabosque derecho y poner hombres en las esquinas.

Luego el torpedero Addison Russell no la sacó del cuadro, pero suficiente para remolcar al corredor de origen italiano Rizzo y poner adelante la novena de la ‘Ciudad de los Vientos’.

El boricua Javier Báez dio un nuevo indiscutible y llenó las almohadillas para que luego el receptor David Ross diera un sacrificio a jardín izquierdo permitiendo que Zobrist pisara el plato.

En el sexto, el boricua de los Indios despachó un sencillo al central para que su compañero Rajai Davis, quien se robó la intermedia, anotara desde la segunda base y puso el juego 3-2.

Luego vino el concierto de rectas de humo del cubano Chapman que se acreditó cuatro ponches entre los diez hombres que enfrentó y cerrar de forma dramática el octavo cuando hizo abanicar a Francisco Lindor con un hombre en la tercera y a José Ramírez en la baja noveno siendo que su bate estaba caliente pues había desaparecido la bola en la parte alta del segundo capítulo.