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El pasado 9 de abril el pegador filipino Manny Pacquiao había oficializado su retiro del boxeo, luego de vencer por decisión unánime al estadounidense Timothy Bradley en el MGM Grand Arena de Las Vegas.

Un mes más tarde ganó una curul en el Senado de Filipinas y todo parecía indicar que con 37 años y una exitosa carrera como boxeador a sus espaldas, se dedicaría de ahí en adelante a pelear sin guantes por su país desde la política.

Pero no demoró mucho en extrañar el deporte de las narices chatas y hoy retornará al ring. Enfrentará al norteamericano Jessie Vargas, en el pabellón deportivo Thomas & Mack Center de Las Vegas, velada que arrancará desde las 8:30 p. m. (hora colombiana) y será transmitida por el canal Golden.

‘Pacman’ intentará arrebatarle la corona del peso welter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) a Vargas, 10 años menor que él.

'Lo hago por dinero. Esto es importante para poder ayudar a la gente de mi país', afirmó Pacquiao ayer en la rueda de prensa previa al combate de hoy.

La revista estadounidense Fortune asegura que el patrimonio del púgil filipino llega a los 500 millones de dólares, sin contar los dividendos que recibe todavía por ser imagen de varias marcas deportivas.

En este año ha desembolsado alrededor de 10 millones de dólares de su bolsillo para la construcción de obras en su país.

Su último aporte fue el de mandar a construir 1000 casas en Sarangani, la provincia en la que nació.

La bolsa que obtendrá hoy ante Vargas, gane o pierda, será de 20 millones de dólares. Cantidad menor si se tienen en cuenta los 130 millones de dólares que obtuvo cuando enfrentó a Mayweather.