'Nadie es profeta en su tierra', dice un reconocido refrán. Eso mismo le ocurre al entrenador soledeño Luis Arrieta, quien se marchó del Atlántico el 16 de enero del año pasado en busca de 'mejores oportunidades en su carrera'.
Primero llegó al Meta, pero allí no se sintió cómodo. Recibió un llamado de la Federación Colombiana de Pesas, el cual aceptó, y este año le dieron el aval para ser el entrenador de la Selección que conquistó, en el Mundial sub-17 de Tailandia, tres cupos para los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires (2018). Además de siete medallas (una de oro y seis de plata).