Con un gol de ventaja, Atlético de Madrid llega al estadio King Power para definir la serie de cuartos de final frente al Leicester City, una lucha que se vivirá sobre la 1:45 p.m.
Es el asalto definitivo a las semifinales. A ellas aspira el Atlético, subcampeón y presente en esa ronda en dos de las últimas tres ediciones, y a él se opone el Leicester, ganador de sus cuatro duelos como local en esta edición del torneo; un combate de indudable intensidad, por cada rechace, cada balón y cada sector.
El objetivo del Atlético es el gol –obligaría al Leicester a anotar tres tantos–, pero también no recibir ninguno, con esa consistencia defensiva que ha rearmado y multiplicado recientemente, con Jan Oblak, Juanfran Torres, Stefan Savic, Diego Godín y Filipe Luis. No ha recibido gol en siete de sus últimos nueve encuentros.
El 1-0 de ventaja parece corto para los ‘colchoneros’, pero que casi siempre ha sido una garantía. De los 45 resultados en la Liga de Campeones de la era Simeone sólo uno ha sido una derrota por más de un gol, la final ante el Real Madrid de 2014, prórroga incluida (4-1), porque al final de los 90 minutos el marcador era de 1-1, por lo que ninguno de ellos le elimina. Y solo tres equilibrarían la eliminatoria.
Tampoco ninguno de sus marcadores de este 2017 en Liga de España, con solo tres derrotas en sus 26 encuentros desde la para del torneo en Navidad, ninguna como visitante y todas por un gol de diferencia (dos 1-2 con el Barcelona y un 2-3 con Las Palmas).
Enfrente estará el renovado Leicester City, que después de dejar en la cuneta al Sevilla en octavos, los ‘Foxes’, buscarán en la Liga de Campeones la salvación al bache que vive en la Premier League. Y lo harán en su momento más complicado desde la llegada del técnico inglés Shakespeare.
El estratega ha regresado al sistema 4-4-2, apostando ciegamente por el estilo que tantas alegrías les dio el año pasado, con mucha movilidad de sus delanteros, una presión incansable en todo el campo y unas transiciones defensa-ataque rápidas.
Para el partido más importante en la historia del Leicester, el técnico Shakespeare recuperó a su capitán y gran baluarte, el jamaicano Wes Morgan, quien se perdió los últimos seis compromisos por una lesión de espalda.