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Para ser jóvenes ambos, esta pelea luce como un duelo de caballeros a la antigua. Ninguna palabra altisonante. Mucho respeto de parte y parte. La diatriba ha estado ausente desde que Miguel Marriaga supo que pelearía contra Óscar Valdez y desde que Óscar Valdez supo que pelearía contra Miguel Marriaga.

Es el duelo de la disciplina contra la disciplina. Del hambre de gloria. Del reconocimiento y del amor por algo que los dos boxeadores harían hasta gratis porque a ambos les gusta.

Dejar Arjona para irse a los 3.000 metros de altitud en algún lugar cercano a la capital mexicana. Dejar la calurosa Nogales a la soledad de Los Ángeles ‘comiendo’ gimnasio sin sacar siquiera un rato para el cine.

Tenacidad. De eso se trata esta noche. De dos jóvenes ejemplares. Orgullosos de sus tierras no en vano ambos se enfundaron las franelas de sus países defendiéndola con altura en la rama aficionada.

Óscar Valdez fue el primer peleador mexicano en ir a dos Juegos Olímpicos. Fue campeón mundial juvenil, primer boxeador de México en ganar una medalla de bronce en un mundial abierto, cinco medallas panamericanas, incluidas cuatro de plata y una de oro.

Lo más estrafalario que tiene Óscar Valdez, como para decir que es un boxeador con algo fuera de lo normal propio de este deporte, es un cocodrilo que tiene como mascota en el patio de su casa en Nogales, Sonora.

Mientras que en la otra esquina, el nuestro, Miguel Marriaga Terán, el crédito de la tierra del bollo de mazorca, cuando nació pesó 5 kilos 200 gramos y ahora pelea en los plumas. Un total contrasentido con verdadero sentido del humor.

Eso ahora que se cuenta. No cuando nació, el Día de las Brujas del año 1986, que su madre Bernabela, literalmente, pasó 20 minutos fuera de este mundo después del esfuerzo para parirlo.

Al regresar en sí, ya los vecinos de la cuadra en Arjona lo estaban apodando ‘el Brujito’, pero su madre lo bautizó Ángel porque un día después se celebraba el ‘Día de los Santos’ o el tradicional ‘Ángeles Somos’.

Este mismo Ángel es el que pretende esta noche traerle el campeonato del mundo en boxeo masculino número 47 en la historia pugilística colombiana y el segundo vigente junto al del tolimense Óscar Escandón, en el mismo peso, pero en el Consejo Mundial de Boxeo.

Para el colombiano será su décima excursión en el extranjero en 26 combates en la rama profesional en la que exhibe una foja de 25-1 con 21 anestesiadas. Su contraparte está invicto con un registro casi similar de 21-0 con 19 nocauts.

Marriaga tiene el peso de una experiencia fallida por la corona orbital de la misma categoría, pero en la Asociación Mundial de Boxeo frente al boxeador jamaiquino Nicholas Walters en el mítico Madison Square Garden.

Para Valdez, Marriaga es sin dudar el contrincante más fuerte que se le ha parado enfrente y él mismo lo confiesa cuando dijo que este campamento ha sido el más fuerte que ha hecho.

Los números del enfrentamiento muestran a un Miguel Marriaga finalizando el 80% de sus combates por la vía rápida frente al 86% de Óscar Valdez.

El arjonero mide 1.73 metros frente a 1.70 del sonorense; el mexicano aventaja al colombiano en alcance con 175 centímetros frente a 170. En edad, Miguel Marriaga tiene 29 años, y Óscar Valdez, 25.

Mientras Marriaga simboliza para Colombia la afanada búsqueda por esa estrella perdida desde Miguel ‘Happy’ Lora y el campeón sólido y consistente desde el mítico Pambelé, el mexicano Óscar Valdez es el vínculo entre dos naciones que quieren separarse por un muro: nació en Nogales, plena frontera, pero pasó parte de su etapa educativa en Tucson, Arizona, es decir, hechura de dos países.

Comparten muchas cosas en común en sus estilos: valor, decisión y aguante. Dueños de una buena pegada y de una buena mandíbula.

‘El Escorpión’ Marriaga bien examinado por el antillano Walters en Nueva York; el dos veces olímpico Valdez con la asignatura pendiente de demostrar si en verdad merece un lugar entre los subrayados nombres de la categoría.

En la cartilla estarán en disputa dos coronas más orbitales además de la de las 126 libras, con el primer monarca súper mediano que tiene México versión OMB en Gilberto ‘Zurdo’ Ramírez (34-0, 24 KO) enfrentado al ucraniano Max Bursak (33-4-1, 15 KO) en su primera defensa y al súper gallo de Las Vegas Jessie Magdaleno (24-0, 17 KO) defendiendo el cetro de la OMB ante el campeón latino del mismo organismo, el brasilero Adeilson Dos Santos (18-2, 14 KO).

En la misma cartilla, el peso wélter barranquillero Breidis Prescott (30-9, 22 KO) se medirá al boxeador ruso Alexander Besputin (6-0, 5 KO).