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Un recital de Leo Messi resucitó al Barcelona en el Santiago Bernabéu, donde se levantó con grandeza de su eliminación europea y, amparado en el fútbol magistral de su líder, remontó un clásico trascendental ante un Real Madrid que nunca se rindió y acabó probando de su propia medicina en el minuto 92.

A la grandeza de un duelo entre Real Madrid y Barcelona le acompañaba el aspecto decisivo del marcador. Lo convirtió en el clásico del miedo y la especulación en el primer acto y de la belleza y fútbol vertical en el segundo.

Obligado a ganar, el Barcelona debía asumir riesgos. Los intentos de Zidane de rebajar trascendencia al duelo fueron en vano. Sus jugadores lo sintieron desde el inicio. No había escenario más grande para un madrilista que asestar un golpe definitivo a la Liga ante el eterno rival. Y salieron a por ello.

A los 28 minutos, encontró premio. Una vez más a balón parado, con otro saque de esquina de Kroos que despejó Piqué, acabó en centro de Marcelo, remate de Ramos al poste y Casemiro, atento para marcar a placer, explotaba el punto débil de los últimos partidos del Barça.

Pero los azulgranas reaccionaron de inmediato y una genialidad de Messi, que dejó a dos en el área, le sirvió para igualar el encuentro.

En la segunda parte, Rakitic puso a los visitantes adelante en el marcador con otra obra de arte, esta vez de media distancia, dejando sin opciones al arquero Keylor Navas.

Zidane movió sus fichas y una de ellas le dio el empate. Centro a media altura desde sector izquierdo y el colombiano James Rodríguez, que acababa de ingresar anotaba el 2-2 que parecía definitivo. Resultado que favorecía al Real.

Pero Messi no quiso que la historia quedara ahí y en el minuto 92 enmudeció el Bernabéu con otro golazo. El recital de la ‘Pulga’ enciende la Liga de España.