Sus rostros desvelan la ansiedad que cargan. Rohan Polanco, nacido en República Dominicana, es el más joven del cartel de cinco pegadores que los Heroicos han puesto en la parrilla esta noche (a partir de las 7 p.m.) en Palmira para derrotar a los Thunder de Italia, en los cuartos de final de la Serie Mundial de Boxeo.
Sonríe cuando rememora sus primeros pasos sobre el ring, deporte que en un principio no era su elegido. 'Yo me metí como en juego porque a mí me gustaba ser pelotero y también el basquetbol, pero allí, donde entrenaba, daban prácticas de boxeo. Un día, por curiosidad, me inscribí y me gustó hasta que fui caminando y aquí estamos luchando', comenta el dominicano de 18 calendarios y pegador de los wélteres.
Pese a que ya ha sido campeón infantil y nacional en su país, su familia aún no asimila que el ‘King’, apodo con que lo conocen en el mundo de los ensogados, siga exponiendo su humanidad. 'A mi familia no les gustaba que yo estuviera en el boxeo porque ninguno de ellos hace deporte. Tampoco se imaginaban lo que he conseguido y se sorprenden de lo lejos que he llegado a mi edad. No pintaba para boxeador, pero aquí estoy'.
Sus sueños están claros y apuntan a Tokio-2020. Quiere dejar su nombre escrito con letras doradas y llenar de gloria a su país, pero antes de ir cristalizando sus propósitos, luchará esta noche en Palmira por defender al país que considera como 'hermano'. Su contrincante Arison Dos Santos, nacido en Brasil, ya se ha visto frente a frente con él. En Puerto Rico, hace unas semanas, subieron al cuadrilátero y Rohan, por decisión dividida se quedó con el triunfo.
'Seguro va a venir a atacarme más, debo estar prevenido y lanzarle buenas rectas. Ya nos conocemos, le he ganado, pero todos los combates son diferentes. No se dejan de sentir nervios, aunque en el cuadrilátero todo eso desaparece', concluye Rohan quien por primera vez defenderá los colores de otra nación.
Con 25 años y proveniente de Guayaquil, aterrizó en Palmira Carlos Mina. Es de pocas palabras y conforma una familia de nueve hermanos. Tres son púgiles y el resto se ha dedicado a otros oficios. Tiene experiencia en el cuadrilátero y la exhibe cuando habla del deporte de las narices chatas.
'No es mi primera vez porque ya me han invitado a otro equipo en la Serie Mundial. Estuve con Guerreros de México y lo dejamos en lo más alto. Colombia y Ecuador ahora nos estamos dando la mano como hermanos. Yo pelearé como si fuera mi paria. La gente me trata muy bien y que más puedo decir, todo está bien, tú sabes', dice el pegador que llegó a los 25 años el pasado 30 de abril.
'Soy de Guayaquil y fui criado en Quito. Desde los cinco años experimenté la vida en un cuadrilátero y fue más por casualidad. No era aficionado al boxeo, me gustaba el fútbol como a todo niño. Viaje a Puerto Quito una vez, allá había un gimnasio y me dio curiosidad y aquí sigo', dice Mina, quien saltará hoy enfrentando al italiano Gianluca Rosciglione, en los 81 kilogramos.
Confía plenamente en sus golpes y alerta a su rival. 'Mi golpe más certero es la recta. Ese los aquieta y el gancho lo acompaña. Son precisos y dejan la atención al contrincante. No conozco al italiano, pero vamos a ver que trae y encima del ring se miden las fuerzas'.
Llegó hasta cuarto año de secundaria porque los viajes y el boxeo no le permitían su desarrollo escolar normal. Fue una decisión dura, pero no se arrepiente porque su vida escala hacia el éxito, sin embargo sabe que algún día tendrá que ser un bachiller.
Mina peleará por el honor de los Heroicos y por otro ingrediente aún más especial, su hijo Derrick Bossli, de tan solo dos años y quien espera verlo regresar a Ecuador con los brazos en alto y gritando ¡lo logré!