Peter Kosanovic, exdirector de la divisiones menores del Junior, recuerda el paso de Darwin Araújo por el equipo rojiblanco. El exjugador, que hoy se encuentra detenido, luego de un enfrentamiento a bala con la Policía, donde resultó herido en una pierna, tuvo un paso fugaz por el cuadro barranquillero, donde logró llegar al primer equipo, pero no pudo consolidarse.
Kosanovic, que hoy trabaja en la escuela de fútbol de Combarranquilla y que también hace parte del proyecto deportivo ‘Todo bien por Killa’ de la Alcaldía, recuerda a Araújo como un jugador talentoso, problemático, pero buena persona.
'Estuvo en las menores y en el primer equipo del Junior. Excelente jugador y, en el fondo, gran persona. Era uno de los más queridos del grupo. Su problema era otro. Recuerdo que hicimos de todo para que pudiera salir adelante en el fútbol, porque era muy talentoso. Le pusimos buses, psicólogo, teníamos los teléfonos de la mamá, el padrastro, la suegra y los vecinos para ubicarlo, porque muchas veces se perdía y dejaba de entrenar', cuenta Kosanovic.
El exdirector rojiblanco recuerda una anécdota la primera vez que lo quiso ver jugar al fútbol.
'Darwin era muy agresivo. Recuerdo la primera vez que lo vi. Me dijeron que había un muchacho talentoso, que lo fuera a ver jugar a la cancha de San José. Llegamos un poco tarde, como cinco minutos después de iniciar el juego. Le pregunto al gerente: ‘¿dónde está ese Darwin Araújo?’. Y me dice: ‘no lo veo’. Vamos a preguntarle al técnico y nos cuenta: ‘ya lo expulsaron, profe… a los tres minutos’. Finalmente no lo pudimos ver. Tenía una agresividad interna que no lograba controlar', recuerda.
Kosanovic asegura que de su parte trató, en su momento, de ayudarlo en lo que más pudo para que pudiera explotar todo ese talento que tenía.
'Sabes cómo le pagábamos el sueldo, yo llamaba a la mamá y a la suegra, le daba una parte del dinero a cada una y un poquito a él. Le pagábamos diario, para obligarlo a venir a entrenar. Sino venía, no se le pagaba. Tocó dividirle el sueldo. Era muy complicado. Le comprábamos guayos y los vendía. Todo lo que la mamá le daba, también lo vendía. Tenía dos personalidades. Era una persona buena cuando estaba con nosotros, pero totalmente distinta cuando se metía con sus amigos del barrio. Cuando no venía a entrenar, yo mandaba a uno de los asistentes a que fuera en el bus de Junior a buscarlo. Tenía un talento inmenso, por eso hacíamos eso por él', asegura.
El hoy profesor de la escuela de fútbol de Combarranquilla recuerda otras dos anécdotas con el exjugador del Junior, que lo definían como persona.
'Un día, estando ya entrenando junto al primer equipo, se voló de la concentración de Combarranquilla para ir a un quinceañero en el barrio y no jugó el partido', cuenta. 'Recuerdo, era tan complicado, que un día Lesly Orozco, un excompañero de él que también llegó al primer equipo, me dijo: ‘profe, porque no deja a Darwin encerrado en un cuarto acá en Bomboná y así nos aseguramos que no se pierda’. Era un jugador complicado, que se crió en un ambiente pesado', añade.
Kosanovic lamenta lo que ocurre hoy en día con Araújo, especialmente por el gran talento que poseía para jugar al fútbol.
'Una lástima lo que está viviendo. Insisto, a pesar de todo, es una buena persona, por lo menos eso me mostró a mí. Yo perdí contacto con él hace como cinco o seis años. Más nunca volví a encontrármelo. La última vez que hablamos no me dijo que andaba en malos caminos, como que le daba vergüenza conmigo y con los excompañeros, que también estaban ahí', concluyó.