Luis Alberto Triviño Méndez se puede considerar el rey Midas del karate-do. Sus logros y legado los ha convertido en oro.
De los 29 años que tiene, 22 los ha dedicado a esa disciplina, consiguiendo ser campeón nacional en las categorías infantil, juvenil y senior; Selección Colombia en juvenil y senior; campeón Panamericano (dos veces), Suramericano y Centroamericano. Todo, lo ha alcanzado. Es sincero y revela, entre risas, que no sabe cuántas medallas puede tener en su casa.
El ‘poder’ de Luis le ha dado para tener un legado. Sus dos hermanos: Leonardo, de 26 años, y Juan Pablo, de 16, también son karatecas y han conseguido éxitos en sus categorías.
El segundo de los Triviño comenzó a los cinco años, tres años después que su hermano mayor, por iniciativa de su madre.
'A pesar de que mi padre practicó karate y distintas disciplinas de las artes marciales, ninguno lo hizo por él. Yo por lo menos, se puede decir que por mí mamá, que no es karateca, la cual me decía que me metiera y le respondía que a los 5 lo hacía, haciéndolo, precisamente, cuando cumplí años', cuenta Leonardo.
Entre sus logros, se destaca el oro en el campeonato Centroamericano a nivel universitario, plata en el Nacional de Bogotá, categoría -84kg, y su inclusión en la Selección Colombia.
Juan Pablo fue el último en ingresar al deporte de combate. Tarde, comparado con sus hermanos (a los 13 años). Y la culpa se la echa a su timidez.
'Desde pequeño me decían que entrara, pero era muy tímido, no hablaba con muchas niños y por eso no ingresaba. Ya un poco más maduro, entré y me enamoré', aseveró el estudiante de undécimo grado de la institución educativa Normal la Hacienda, quien hace una semana se llevó la medalla de oro en el Campeonato Nacional en Bogotá, categoría juvenil.
Muy exigente
La edad y la experiencia le han dado a Luis la responsabilidad de guiar y entrenar a sus hermanos. Y lo hace, pero de entrada confiesa que es muy exigente.
'Soy bastante regañón. Cuando no están haciendo algo bien, más que todo el tercero (Juan Pablo), los regaño. Pero ellos también me dan consejos a mí, más que todo el segundo, quien está pendiente de mis errores. Él es mi sparring y me ayuda a corregir muchas cosas cuando voy afrontar una competencia a nivel internacional', manifestó luego del entrenamiento en un gimnasio al norte de la ciudad.
Pero el menor acepta los errores y regaños, y los toma siempre de buena forma. 'Me regañan y los veo como una forma para hacerme un mejor karateca y persona', indicó.
Los tres hermanos, que compiten en la misma modalidad, combate (kumite), entrenan o van al gimnasio casi todos los días, porque –para ellos– 'todos los días se aprende algo nuevo'.
'Más que corregirles técnicamente, les doy consejos para salir adelante. Trato de enseñarles la constancia, el no rendirse; pienso que lo que más les hablo es sobre mantener una disciplina. Las cosas se logran con esfuerzo, cuando nos derrotan, al día siguiente hay que trabajar más duro, es una derrota en el camino que nos puede catapultar a mejores cosas en la carrera', declaró Luis Triviño.
Muchas aspiraciones
En cerca de 15 días, se realizará el Campeonato Suramericano de karate en Bolivia, donde Luis y Leonardo tienen su cupo asegurado; Juan Pablo está a la espera de cómo queda en el ranking. 'Ojalá estemos los tres, sería muy lindo', dice emocionado Leonardo.
Luego, los tres harán una gira preparatoria para los Juegos Bolivarianos Santa Marta 2017, que se realizarán en noviembre.
'Será un mes de competencia durante septiembre. Estaremos en un open mundial en Alemania, luego prácticas y finalmente en otro open en Turquía, para estar listos para los juegos, donde queremos hacer una gran presentación', tomó la vocería en ese caso, Luis.
Juan Pablo no podrá participar en los Bolivarianos, pero también tiene su objetivo claro. 'En el 2015 fui tercero en Supérate local, el año pasado segundo y en el 2017 me propongo ser campeón departamental y nacional, para obtener una beca estudiantil, que logre ayudar a mis padres', afirmó.
El otro año se realizarán en Barranquilla los Juegos Centroamericanos y del Caribe, algo que los hace responder casi lo mismo a los tres. 'La prueba reina serán esos Juegos, sería bonito ganar en nuestra tierra, un sueño hecho realidad, porque nada como entregarle una medalla a la ciudad, con la presencia de nuestra familia', revelaron.
Profesionales
A pesar de que a todos les apasiona y se entregan al karatee, desde el principio decidieron combinarla con una carrera universitaria.
Lo curioso es que los dos hermanos mayores, además de compartir el mismo deporte, vivienda y hobbies (ver películas), tienen la misma profesión: administrador de empresas. 'Se dio casualmente', dijeron entre risas.
Al terminar la secundaria, Juan Pablo espera estudiar alguna carrera de la rama de la salud. 'No lo tengo claro, pero me gustan varias: medicina, fisioterapia, nutrición', aseguró, y añadió: 'Pero me encanta pintar, lo hago muy bien. Sin embargo, como pasatiempo, hasta el momento'.
De los tres, Luis es el único que está casado, curiosamente, con una karateca, Sandra Mendoza. 'La conocí en el ejercicio, nos gustamos y nos casamos'. Aseguró que es quien los ayuda en su escuela de karate Triviño, creada hace cinco años.
De la relación nació su hija Sara, de 1 año y 8 meses, que no se quiere apresurar, pero espera que también tenga amor por el karate.
Otros hermanos
Los Triviño no son los únicos hermanos de Barranquilla que se han dedicado al karate. Las hermanas Shanee y Sharon Torres Doncel, al igual que Andrea, Gabriela y Valentina Pezzotti Manga, son otras familias ligadas a este deporte de combate.