'Si quiere probar que es un hombre, debería hacerlo fuera del coche, cara a cara', afirmó el británico Lewis Hamilton tras su incidente con el alemán Sebastian Vettel ayer en el Gran Premio de Azerbaiyán, que ha elevado varios grados la tensión entre los dos primeros del Mundial.
Vettel, que domina con 14 puntos de margen tras una carrera ganada por el australiano Daniel Ricciardo (Red Bull), y Hamilton chocaron sus monoplazas en la 22ª vuelta del circuito urbano de Bakú, cuando la carrera estaba neutralizada y los coches iban tras el vehículo de seguridad.
Hamilton, que estaba delante, frenó bruscamente en la curva 15 y Vettel golpeó por detrás. Muy enfadado, el alemán se puso a la altura de Hamilton y dio un golpe de volante, que hizo tocar las ruedas del Ferrari del germano y del Mercedes del inglés.
'Pilotar de esta manera es peligroso. Afortunadamente íbamos despacio, podía haber sido más grave si hubiéramos ido rápido', afirmó Hamilton.
'Él frenó, no podía ponerme en ningún sitio y le di', se justificó Vettel. 'Si tengo que ser sancionado, entonces él también merecía una penalización. No me gustó cómo condujo. Así que me puse a su altura y se lo hice saber', explicó.