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Ya son las 12:35 de la madrugada en Miami. El Marlins Park está prácticamente vacío en sus tribunas. Por los pasillos de los Club House circulan los miembros de la logística recogiendo y cargando cosas. La mayoría de peloteros ya se han marchado del estadio tras el Juego de Estrellas de las Grandes Ligas, excepto su principal protagonista, el dominicano Róbinson Canó, que le dio el triunfo a la Liga Americana sobre la Liga Nacional (2-1) con un impresionante batazo de 395 pies y 106 millas por hora (según la información oficial de la MLB).

El autor de ese vuelacercas ganador en la parte alta del primer y único extrainning del duelo, se mantiene en el escenario después de recibir el trofeo de Jugador Más Valioso (MVP) y un carro último modelo como premio. El reconocimiento, la rueda de prensa y las entrevistas que concedía a distintos medios, atrasaron su partida.

Mientras Róbinson se cambiaba en el Club House de la Liga Americana, sus familiares, encabezados por su padre José Canó, y más periodistas, esperaban afuera por él. Y a todos los atendió amablemente.

'Estoy muy feliz, es un gran logro dar un jonrón en un juego de Estrellas. Era algo que anhelaba', declaró Canó al grupo de comunicadores que aguardaron hasta que saliera del camerino.

Todos los ojos de los aficionados y la prensa estaban puestos en el asombroso novato de los Yanquis de Nueva York, Aaron Judge, ganador sin despeinarse del Derby de Jonrones, pero fueron los latinos, en especial los dominicanos, los que se llevaron las palmas.

Los lanzadores de la Liga Nacional y su gran trabajo monticular silenciaron a Judge, pero hubo bulla en San Pedro de Macorís, de dónde son oriundos los impulsores de las dos carreras del triunfo de la Liga Americana.

'Canó es de mi pueblo, estoy súper contento. La primera y la segunda carrera fueron de hijos de San Pedro de Macorí, eso es algo histórico y me siento súper feliz', expresó Miguel Sanó que remolcó la rayita que abrió la cuenta en la pizarra del Marlins Park.

Sanó, que fue subcampeón del festival de cuadrangulares, admitió que usa el número 22 como muestra de admiración a su coterráneo.

'Yadier Molina (el receptor puertorriqueño que impulsó la carrera de la Liga Nacional con un vuelacercas) y Canó son un ejemplo a seguir, tremendos líderes. Estoy feliz de disfrutar y compartir con dos figuras así. Son orgullos del béisbol latinoamericano', expresó Sanó.

Canó mostró que su poder se mantiene vigente después de ocho intervenciones en el All Stars Game. A este llegó a última hora por la lesión de un pelotero.

'Los últimos serán los primeros dice La Biblia. Gracias a Dios. Estoy feliz, ya es mi octava participación y eso me pone orgulloso, aquí están los mejores, estar aquí es un privilegio', dijo Róbinson Canó, que ya ha sido MVP del Clásico Mundial, Bate de Plata, Guante de Oro y del Derby de Jonrones, entre otros logros que podrían conducirlo al Salón de la Fama.

'Yo cojo todo lo que Dios me dé, nada de eso pesa, Dios es el que sabe si voy a llegar por allá', puntualizó al respecto.

Lo que piensa de Judge

El héroe del Juego de Estrellas 2017 no dejó de hablar sobre la estrella del momento en las Grandes Ligas, Judge, y su imponente muestra de poder en la competencia de toleteros.

'Nosotros sabíamos que tenía fuerza, pero no de esa magnitud. Pone la bola donde nosotros, los qué somos zurdos, la ponemos, y lo hacía cómo si nada', comentó Canó que se marchó del Marlins Park en medio de bromas y felicitaciones.

A Judge solo lo silenciaron en el campo

Aunque se fue en blanco en tres turnos al bate, Aaron Judge fue uno de los peloteros más asediados por la prensa en el Club House de la Liga Americana al final del Juego de Estrellas que su zona ganó 2-1 a la Liga Nacional, el martes en la noche en el escenario de Miami.

Judge había despertado una gran expectativa después de su impresionante actuación y victoria en el Derby de Jonrones, el lunes en la noche, pero un ponche, un roletazo en el cuadro y una línea a la manilla del jardinero central fue su saldo ofensivo. Luego fue sustituido.

De todas maneras, sin ser protagonista, los periodistas lo rodearon para bombardearlo de preguntas y hacer algunas solicitudes que molestaron a los miembros de las comunicaciones de la MLB.

Dos reporteros de origen latino intentaron tomarse una selfie con el jugador, algo que está totalmente prohibido en el Club House, y recibieron un llamado de atención con tomada de foto en sus acreditaciones para identificarlos y sancionarlos.

En la tribuna también se vieron muchas pelucas y camisetas con el apellido Judge. Lo silenciaron el martes, pero toda la temporada ha hecho bastante bulla con su talento y en el camerino habló bastante.