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Hay más gratitud que lamento en la voz de Fidel Bassa. El excampeón mundial de boxeo ya superó el golpe anímico y el caos que le representó el robo de todas sus pertenencias y documentos, incluido el pasaporte, mientras escuchaba y recibía la bendición del Papa Francisco en el Vaticano, el domingo pasado.

Ese día Bassa emitió un desesperado SOS por medio de Facebook en busca de ayuda para solucionar el embrollo que significaba estar en un país lejano sin documentación y sin más ropa que la que llevaba puesta. Las respuestas y apoyo que comenzó a recibir a través de las redes sociales le devolvieron el alma al cuerpo y aliviaron su decepción.

'¡Impresionante la colaboración que me brindaron! Muchos colombianos me escribieron y me orientaron sobre lo que tenía que hacer, hasta me llamaron del Consulado colombiano en Roma, a donde fui el lunes. El respaldo fue total. Ya tengo el pasaporte para poder viajar', dijo Bassa, ya más resignado, en diálogo con EL HERALDO.

'Estoy aterrado, después de 30 años me siguen reconociendo. Nosotros los colombianos somos muy serviciales y solidarios, estoy orgulloso por eso. Lo que se perdió se recupera más adelante, ya estamos tranquilos', agregó el expugilista de 54 años de edad.

El domingo no se escuchaba así de optimista. El desespero se apoderó de él después de que le vaciaron el carro que había alquilado, con dos amigos, el 17 de julio anterior para emprender un recorrido de negocios y turismo por Venecia, Turín, Napoli, Roma y Milan.

'Venía cargado con todas las compras que uno puede hacer en un viaje así. Como el Papa iba a dar la bendición a las 12, quise bajarme del carro. Dejé cuidándolo a un amigo italiano que nos había servido de traductor en el negocio que estábamos haciendo, pero se fue a escuchar la bendición del Papa un ratico y nos robaron todo, no nos dejaron nada, solamente el celular y la cartera (con todas sus tarjetas), que estaban conmigo, afortunadamente. Todos los planes se vinieron abajo. No pudimos viajar a Milán', relató Bassa, que actualmente es un próspero empresario que distribuye tecnología para la educación.

El oriundo de El Retén, Magdalena, vendedor de pescado en su adolescencia y campeón mundial mosca de boxeo entre 1987 y 1989, jamás pensó que el séptimo mandamiento, no robarás, se irrespetara tan fácil y tan cerca del Sumo Pontífice. Creyó que dejaba todo como en manos de Dios, sin sospechar que los amigos de lo ajeno estaban a un paso.

'Está uno en el Vaticano, a cuatro cuadras del Papa… Yo dije: esto por aquí debe ser seguro, todo se ve tranquilo, los carros estaban bien parqueados. Pero mira… Tienen una modalidad muy efectiva, son bandas profesionales', expresó Fidel Bassa.

'Cuando llegamos a la Policía en Roma a poner la denuncia, nos dijeron que la ciudad estaba peligrosa, que no se podía dejar el carro solo, que cuando el papa está en la misa es cuando más aprovechan para robar los carros con bolsas adentro. Es sorprendente cómo está Italia, más que todo el sur, está lleno de gente pidiendo plata y durmiendo en la calle, mucho robo', añadió.

A pesar de todo, Bassa sonríe a la vida desde Venecia, donde se hospeda en casa de unos amigos. Se consuela con la bendición que escuchó del Papa, los negocios que pudo gestionar, las fotos que conserva del paseo y con todos aquellos que se solidarizaron con su problema. El viaje que comenzó el 15 de julio con un vuelo entre Bogotá y Nueva York (en donde estuvo un día), tendrá final feliz. El sábado o el domingo, ya no con escala en Estados Unidos porque en el pasaporte robado se fue su visa norteamericana, regresará a Colombia para difundir la lección.

'Hay que tener mucho más cuidado en la próxima. Ya sabemos que Europa no es lo mismo que antes, más que todo, Italia, que tiene mucha gente de todas partes del mundo, mucho africano, albaneses. Nos dormimos, dimos papaya en el vaticano', puntualizó.