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Mientras prepara sus tacos y elige el mejor para hacer un juego de exhibición en el Billar Maracaná, muchas personas se le acercan y lo felicitan por su logro en Villavicencio. Dos preseas de oro, en el billar pool 8 y en el pool 9, le dieron a Rodrigo Navarro el rótulo de campeón nacional y por ende el primer lugar del ránking. Ese privilegiado puesto en el escalafón lo sostiene desde 2016, año en que decidió volver a representar al Atlántico tras defender la bandera de Cundinamarca.

Desde los 14 años recuerda haber disputado su primera partida. Fue difícil confrontar a su madre, Eucaris Campis, y a su padre, Electo Navarro, quienes siempre se opusieron a la practica de esta disciplina, a la que muchas personas asocian siempre con el alcohol, apuestas y malas amistades.

'A mis padres nunca les gustó esa idea de que yo jugará. Yo sí llevé buenos fuetazos. Mi mamá me sacaba y me iba a buscar en los billares. Apenas pisé el bachillerato, te hablo de 11 o 12 años, me envicié en el billar. Andaba era buscando dónde meterme para jugar', recuerda Rodrigo, padre de dos hijos, Rodrigo José y Massiel Ariana.

El año pasado, en Ibagué, besó la gloria por primera vez luego de ocupar varias veces el segundo lugar. En la tierra del tamal, Rodrigo se echó al bolsillo su primera medalla en un certamen nacional en el pool bola 8 y un día después se ganó el pool bola 9.

'Recuerdo que en ese momento disputé el torneo de bola 9 contra un gran representante del Atlántico llamado Keny Castro. Le gané 9-6 en un apretado juego'.

Rodrigo, por escasez monetaria no pudo, después de ser bachiller, inclinarse por alguna carrera. Fue maestro de obra acompañando a su padre, trabajó como comerciante, labor que desempeña de forma intermitente, y administró por un tiempo un billar en Bosconia, César.

'En Barranquilla he estado de lleno en el deporte porque gracias a Dios me han apoyado en Indeportes. Hay que sacar buena cara y si a uno lo apoyan, uno tiene que rendir', comenta el barranquillero.

Su tercer título nacional lo consiguió en Cúcuta, en la modalidad bola 10. En el Meta, Navarro para consagrarse como pentacampeón dejó en el camino, en la modalidad pool 8, al local Jairo Lozano a quien venció por marcador de 6-0. En el pool 9 tuvo una reñida disputa con Hermes Meneses, dejando la partida 8-7. Gracias a esos títulos se ganó el derecho de representar a Colombia en el Panamericano que se disputará en Argentina, en agosto.

'La meta mía es hacer un buen papel en el Panamericano o en cualquier parte del mundo en donde yo juegue. Algún día asistir a un Mundial es otro de los objetivos que me he trazado. Tener un roce internacional siempre será de mucha ganancia para mi juego'.

Cuando gana es inevitable que abra sus brazos y se arrodillé. Para él 'Cristo siempre vive en mí y todo lo que hago es por obra y gracia de Él que me compaña en cada jugada'.

Nació en el barrio Carrizal, luego creció y pasó unos años en el barrio San Nicolás y reside en el barrio Villa Blanca. Cuando competía por Cundinamarca, gracias a su nivel de juego, lo llamaban para jugar y le cubrían todos los gastos. Sin embargo se sentía incompleto.

'Es bonito representar a mi Departamento. Yo me había ido por falta de apoyo, aunque siempre vivía en Barranquilla. Recibí el llamado de Indeportes, entidad que manifestó apoyo y gracias a la Liga, en cabeza de Édgar Wade, se están consiguiendo los logros. Es lindo hacer respetar a tus colores'.

Paso a paso sus objetivos se están cumpliendo. Ya no tiene rivales en Colombia en las modalidades de pool bola 8, 9 y 10. Su visión es atravesar la frontera y enfrentarse a los mejores del mundo. Los logros de Efraín Reyes o Darren Appleton lo motivan. Rodrigo Navarro también quiere ser un gran maestro internacional.

Édgar Wade

El presidente de la Liga de Billar del Atlántico, Édgar Wade, aplaude las cualidades de Navarro en esta disciplina. Lo califica como un diamante. 'Es el mejor de Colombia en las tres modalidades y eso ha fortalecido la Liga. Cuando hay apoyo se pueden ver estos resultados. Nuestra Liga ahora es la más destacada del país. Se vienen buenos torneos, más medallas y grandes jugadores como Rodrigo', expresa Wade, quien está en la Liga de Billar hace cinco años.