Francisco Maturana no ocultó su emoción por volver a dirigir en Barranquilla. En la Arenosa vivió momentos únicos e inolvidables con la Selección Colombia de los 90, en una de las etapas más exitosas de su amplia carrera profesional.
El estar de vuelta lo llena de tranquilidad. 'Acá me siento siempre como local', dijo sin titubear, al ser abordado por EL HERALDO, en la terraza de la piscina del Hotel Country International, lugar donde se hospedó, junto a la delegación del Once Caldas.
Maturana fue claro, conciso y crítico. Habló de su regreso a la dirección técnica, le envió un mensaje a los que aún desconfían de su trabajo, a pesar de toda la experiencia que tiene encima, y no escatimó elogios para el Junior, un equipo que lo seduce y al que ve siendo protagonista este semestre.
De vuelta en Barranquilla, una ciudad que le trae tantos recuerdos…
Sí, de vuelta, con la alegría de siempre, porque Barranquilla para mí ocupa un lugar importante en mi vida y en mis afectos. Aquí encontré gente que me hizo valorar la amistad. Fuera de esto, siempre la gratitud por una región que me acogió y que me acompañó en mis inicios en el fútbol.
¿Hace cuánto no dirigía acá?
(Risas) No sé, no vivo hipotecado con el pasado, disfruto del día a día.
¿Cómo se sintió?
Yo en Barranquilla siempre me siento de local, desde que piso el aeropuerto, por el cariño que me brinda la gente, así que nunca me voy a sentir mal, independiente que venga a dirigir a la Selección, como en su momento pasó, o venga a enfrentar al Junior. Mi respeto a esta ciudad será eterno.
¿Se imaginó que su regreso al fútbol colombiano sería tan complicado?
Da la sensación que yo estuviera empezando en esto. Yo estoy entre los cinco técnicos del mundo que más partidos ha dirigido a nivel de Selección, dirigí en Argentina, Perú, Trinidad y Tobago, Costa Rica, Arabia… y gané, porque aquí a veces la gente piensa que Maturana ha fracasado… no, Maturana puso un pie en Europa, que no sé cuándo lo van a poner otros entrenadores. Estas cosas que me han pasado a mí en la vida me tienen que inmunizar para volver acá. Lo que sí es cierto es que acá pareciera que hay una desconfianza o no sé qué es lo que hay. Aquí vienen técnicos y no les preguntan nunca desde cuándo no dirigen, sino que les hacen fiesta, te estoy hablando a todo nivel. En la primera fecha perdió Envigado, Bucaramanga, Nacional, Rionegro y perdió Maturana, no Once Caldas. Espero que con el paso de las fechas esto vaya pasando.
¿Esto lo sorprende?
No me lo imaginaba, porque yo me considero una persona común y corriente, pero no, tengo una cámara los 90 minutos, esperando a ver cuál es mi reacción, qué voy a hacer. Tenga la seguridad que mañana yo me paro a decirle algo a un jugador y van a decir que Maturana lo está señalando o que no cumple con las condiciones que yo exijo. Entonces, casi por defensa de los jugadores, debo quedarme quietecito.
¿Es feliz volviendo a dirigir?
Sí, independiente de todo, soy feliz, si no lo fuera no estaría acá. Es que la felicidad es una elección, esto es lo mío y yo disfruto haciendo esto.
¿No se arrepiente de haber dejado la comodidad en la que estaba para volver a lidiar con la presión de los resultados, la crítica, las concentraciones y todo lo que rodea al fútbol?
Yo estaba tranquilo. Desde 2001 pertenezco a la comisión de estudios técnicos de la FIFA. Cuando acepto la posibilidad de venir al Once Caldas, tuve que renunciar a ir a hacer parte del equipo técnico que iría a la Copa Confederaciones. Después me han elegido para estar en el IFAB, que es el organismo que estudia y maneja el fútbol actualmente. Cada vez que llego a Suiza tengo un Mercedes Benz esperándome, tengo a un conductor italiano que sabe español y me lleva a todas partes, soy reconocido y estoy en el ambiente del fútbol, compartiendo con todas las figuras. Todos los miembros de las federaciones del mundo ven la foto del negrito de Colombia y me identifican, y me elogian. Y mire usted, yo dejé todo eso para venir a recibir tanta desconfianza y descalificaciones en algunos sectores. Yo estoy en la élite del fútbol y acá mucha gente quiere hacerme sentir que no. Entonces uno se pregunta, yo por qué mejor no me quedé quieto y disfruté de todo eso, y llego a la conclusión que a uno le gusta la flagelación, esa misma que a veces nos sirve para crecer. Esto es lo mío y disfruto haciéndolo. Ya me hacía falta.
¿En algún momento le cerró la puerta a volver a dirigir?
Esa puerta nunca se cierra, no conozco a ningún exentrenador. Todos estamos ahí, algunos con trabajo, otros no.
Se habla que en el Once Caldas no le cumplieron con todo lo que le prometieron al momento de venderle el proyecto deportivo. ¿Es cierto?
No, para nada. Simplemente me ilusioné con conversaciones donde se hablaba de un proyecto grande y al frente había alguien que era un tipo ganador. Soñaba con X o Y jugadores, pero nunca me los prometieron, simplemente se hablaba. La dirigencia dio unos pasos para alcanzarlos, pero se dieron cuenta de que no era tan fácil. Vos y yo podemos hablar aquí de un Lamborghini y no quiere decir que me lo estás prometiendo. Después al final hay un carrito que puedes tener, no nos da para el Lamborghini… pero inicialmente se empezó hablando de Lamborghini.
Tiene la dura misión de sacarle provecho a un jugador interesante, desde lo futbolístico, como Johan Arango, pero que tiene una personalidad díscola, que lo ha perjudicado. ¿Cómo manejarlo?
Lo primero que hay que hacer es respetar las diferencias. Nosotros no podemos pensar que todos los jugadores tienen que ser de una u otra forma. Si quisiéramos buscar modelos de comportamiento o conductas de urbanidad, nos vamos para un seminario y traemos once jugadores, seguramente no vamos a llenar el estadio, pero se van a portar muy bien. Yo creo que hay que respetar las diferencias y un grupo está hecho de todo tipo de gente. Si usted respeta la manera de ser de Johan, seguramente será un jugador que te va a aportar algo, pero si vos quieres inculcarle cosas a la fuerza, no. Ningún técnico cambia a nadie, uno simplemente acompaña a ese alguien que quiere cambiar. Yo creo que nos estamos equivocando, y te hablo yo, que en un momento determinado pensaba en esas cosas como punto no negociable, y de pronto encontré cosas simpáticas que sirven para reflexionar en la vida. Si uno mira la historia del fútbol va a encontrar ‘Garrinchas’, ‘Maradonas’, ‘Ronaldinhos’, ‘George Best’, ‘Eric Cantona’ y resulta que si esos jugadores hubieran sido colombianos no hubiesen sido lo que son, porque ya los hubiésemos destruido. Este tipo de jugadores son así y hay que respetarlos, siempre y cuando no riñan con la estructura.
¿Cómo ve al Junior?
Para mí es el equipo que mejor se ha armado en Colombia. A Junior lo veo como una esperanza de que Colombia repita título continental. Parece que en esta Copa Sudamericana todo el país va a hacer fuerza por el Junior, porque tiene jugadores que seducen desde el juego, desde su capacidad, desde su condición humana. Tienen un técnico como Julio (Comesaña) conocedor del entorno, muy inteligente. Yo personalmente voy a hacer fuerza para que Junior llegue lo más lejos posible en esta Copa Sudamericana.
¿Qué le recuerda el fútbol que intenta practicar este Junior?
Esas comparaciones no son buenas. Lo que pasó, guárdelo si es positivo y escóndalo si es negativo. Lo único que puedo decir es que la gente de Barranquilla va a disfrutar mucho con este Junior.
¿De los jugadores con los que cuenta Junior, con cuál disfruta más?
Yo tengo una simpatía especial por Teo. Yo creo que Teo es una invitación a jugar bien, y no lo digo ahora, sino hace tiempo. Ese chico Chará también es una buena noticia para el fútbol colombiano. El muchacho Mier tiene cosas interesantes… que le va a costar, sí, pero tiene argumentos para sobresalir. También está Viera, que brinda seguridad; Piedrahíta, que aporta experiencia, y tienen a un chico Serje, que me parece muy bueno, pero que apenas va saliendo. Quizá me quede corto, pero creo que Junior tiene una nómina para enamorar y esperemos que cada vez que le toque representar al país le vaya muy bien.
¿Teo y Chará son jugadores de Selección Colombia?
La presencia de ambos en el campeonato colombiano es interesante. Tienen un atractivo y es evidente que están tocando la puerta. Los que están allá adentro tienen que mejorar día a día, porque saben que tienen una dura competencia esperando una oportunidad. Tanto Teo como Chará tienen las condiciones para estar en la Selección.
¿En algún momento estuvo cerca de dirigir al Junior?
No, nunca, nunca. Yo creo que la sensibilidad de ‘Pacho’ de pronto no pasa por la dirigencia de Junior (risas).
¿Maturana volvió para quedarse un tiempo largo dirigiendo o solo está de paso?
No lo sé, cuando me aburra me voy. Esto fue una cuestión voluntaria. Yo estaba en una etapa de reflexión donde miraba todo y no me gustaba nada. Empecé a construir desde el imaginario algo que me sensibilizara. Tuve la oportunidad de ir a Inglaterra a un proceso serio, en un equipo que descendió, pero me parecía que en mi idioma no me daba para seducir. Este proceso en el Caldas se basa en llegarle al jugador a la inteligencia, no solamente la parte física. Este es un proceso casi personal, el ver si llegándole al jugador al corazón y a la cabeza puedo lograr algo en lo deportivo. En el momento que yo vea que no se puede o que sí se puede, ya cumplo con mi misión. Si se puede, muy bacano, si no, simplemente me voy.