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Johan Arango se toma un segundo aire en el Once Caldas. El delantero vallecaucano asegura que en el ‘Blanco Blanco’ ha encontrado la estabilidad futbolística y emocional que tanto necesitaba, de la mano de un técnico experimentado como Francisco Maturana.

'Me trata como un hijo, me aconseja, me brinda herramientas para ser mejor cada día', dice con emoción.

En su paso por Barranquilla, Arango dialogó con EL HERALDO de su presente en el equipo albo, del eco que produce su conducta fuera de las canchas y de su fugaz paso por los entrenamientos del Junior, cuando su hermano Paulo César se vistió de rojiblanco.