La última joya del ciclismo colombiano nació en Barranquilla un 19 de junio de 1994. Nelson Soto, un velocista feroz y casi que imbatible en el sprint, demostró que está para labrar un camino lleno de gloria a bordo de la bicicleta.
En la Vuelta a Colombia edición 67 se llevó tres etapas (llanas) y, además, la clasificación por puntos al sumar 66, 15 más que su perseguidor, Miguel Ángel Rubiano.
'Es sorprendente lo que hice. No alcancé a imaginar la magnitud de la carrera del país. Me había preparado muy juicioso, me voy más que contento por todo lo que se ha logrado, por el desempeño del equipo. Este es un triunfo que se lo dedico a mi papá Luis Soto, a mi novia Pamela Cardozo, mis patrocinadores, Team Barranquilla e Indeportes; y a todos los que me apoyaron', expresó Soto en diálogo con EL HERALDO.
Su primer triunfo llegó en la tercera fracción cuando alzó sus brazos en Barrancabermeja tras un recorrido de 222,4 kilómetros. Luego, en la décima (Cartago-Yumbo) y undécima etapa (Palmira-Dosquebradas) celebró nuevamente. Soto, en los metros finales, se transformaba en un corredor invencible.
'La mentalidad es creer que puedes conseguir todo. Estar adelante y demostrar que uno quiere hacer las cosas bien es el objetivo. Las ganas de representar a mi ciudad y mi región importan. Motivar a los demás ciclistas para que vayan cumpliendo sus sueños también me impulsan a ganar'.
La Vuelta, que llegó a su fin ayer en Pereira, fue ganada por Aristóbulo Cala. El subcampeón fue el compañero de Soto en el equipo Coldeportes-Zenú-Claro, Álex Cano (a 2:05).
Origen de su apodo
Nelson Soto es conocido como ‘el Huracán’. Estando en Panamá el año pasado, participando en la Vuelta a Chiriquí, el barranquillero estaba imparable. Terminó ganando el título sub-23 y las metas volantes. Mientras se corría la competencia, el huracán Otto azotaba el país. 'Como yo estaba ganando de todo y alcancé a estar tercero en la general de la carrera, comenzaron a llamarme ‘el Huracán’. A partir de allí me quedé así', comentó Soto.
Llamado al velódromo
En sus inicios como ciclista, Soto era pistero. Creció en el Velódromo de Barranquilla Rafael Vásquez y siente dolor por su deterioro actual. Por eso hace un nuevo llamado (en marzo había hablado del tema) a los entes encargados para que replanteen la idea y remodelen el escenario. Quizá sea tarde.
'La verdad, esa decisión de no reconstruirlo fue muy triste para mí. Era el momento indicado para invertir en el velódromo y para impulsar el ciclismo en la ciudad. Yo nací de un Torneo Nacional que fui a ver. Muchos jóvenes podían ser como yo en los Juegos Centroamericanos', concluyó.