La leyenda del ajedrez Garry Kasparov cerró el viernes su efímero regreso a la competición tras doce años de retiro, en un torneo agridulce en el que se vio en dificultades pero también dio muestras de por qué reinó tanto tiempo en los tableros. El ruso de 54 años, 15 veces campeón del mundo entre 1985 y 2000, terminó en la octava posición del torneo Rapid and Blitz, de San Luis (Misuri, EEUU), una competencia oficial del circuito con 10 jugadores inscritos, de los que cuatro pertenecen al top 10 mundial. En un formato más rápido que en los campeonatos del mundo, quien es considerado como uno de los mejores jugadores en la historia del ajedrez se mostró febril, aunque no pudo ganar más que un puñado de encuentros a la nueva generación de jugadores en el marco del torneo, que ganó el armenio Levon Aronian. 'Yo esperaba una mejor actuación de Kasparov', aunque llevara 12 años en el retiro y consagrado a la oposición al presidente ruso Vladimir Putin, comentó a la AFP Sylvain Ravot, maestro francés de ajedrez. 'Estuvo muy cerca de obtener mejores resultados porque dominó en una cantidad no despreciable de partidas, pero jugó muy lentamente', explicó, asegurando que 'eso se explica por su falta de confianza'. Una gran sorpresa para quienes en sus tiempos de dominación mundial le llamaban el 'Ogro de Bakú', por su rabia por ganar y la presión psicológica que ejercía sobre sus adversarios. Esa presión mental es justamente lo que ahora le falta a Kasparov, quien sin embargo durante el desarrollo del torneo logró redoblar su agresividad. El antiguo campeón del mundo, que aseguró antes del torneo que este era solo 'un paréntesis de cinco días' en su jubilación, hizo no obstante enormes progresos durante el desarrollo de la competencia, según el comentarista. 'Si él retoma el ritmo, como ha comenzado a hacer, de jugar más rápido, y toma algo más de confianza, podría probablemente competir con los mejores jugadores mundiales. En algunas secuencias mostró que no tenía nada que envidiarles' aunque tiene al menos el doble de edad que la mayoría de ellos, añadió.