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La selección chilena cayó este martes 3-0 ante la ya clasificada Brasil en Sao Paulo y quedó fuera del Mundial Rusia-2018 tras una noche agónica que le dejó sexta de la tabla, empatada a 26 puntos con Perú pero con peor diferencia goleadora.

Queda fuera así la bicampeona de América, y finalista de la última Copa Confederaciones, después de una velada frenética que comenzó clasificada y acabó desolada.

Nadie en la Roja habría querido que la Chile más brillante de su historia se jugara el pase al Mundial con un pie el abismo, y frente a un Brasil que vuela hacia Rusia con el ímpetu de quien conoció el infierno y fue capaz de escapar.

Pero no era esta la noche para lamentarse, mientras a medio continente se le encogía el estómago en horario simultáneo. Los Mundiales solo abren sus puertas cada cuatro años, y 2022 quedaba a una eternidad para esta generación dorada que no está acostumbrada a ver las decisiones por televisión.

Sin Arturo Vidal, sancionado, y con las lesiones a última hora de Francisco Silva y Pinilla, era ahora nunca para que esta Roja que reconcilió a Chile con su selección lograra meter al país en su tercera Copa consecutiva.

La historia quedaba a una victoria o a 90 minutos de matemáticas histéricas, y allí se plantó al límite Charles Aránguiz, recuperado a última hora de su lesión para mover el desangelado medio campo chileno. Pero no hubo tiempo para los milagros.

No podía guardarse nada Pizzi, al que casi se le abre el cielo cuando, sin cumplirse todavía los cinco minutos, el Allianz Parque rugió de alegría. No era por la primera filigrana de un Neymar que mordía por la izquierda, sino que las buenas noticias llegaban desde Quito.

Ecuador se adelantaba ante Argentina y a Sao Paulo se le escapó un grito por encima del hombro, mientras Vargas se plantaba ante Ederson con un peligroso cabezazo.

No marcó entonces un Chile todavía tímido, pero de repente dolían menos las carreras de un motivadísimo Gabriel Jesús, de regreso al estadio de donde salió el año pasado para triunfar en el Manchester City.

Era, sin embargo, una velada para el dolor y no tardó en llegar la noticia del empate albiceleste, y con ella la mejor ocasión 'canarinha' de la primera parte.

Se le heló el corazón al canto colorado del estadio al ver al jugador más caro de la historia recibiendo en la izquierda solo ante Bravo, quien pudo no obstante bloquear el tiro y lo que podía ser una tragedia prematura.

Templó entonces los nervios Chile mientras Argentina tomaba la delantera en Quito, y el pragmatismo le abrió las ideas: de todas formas, el empate le garantizaba el repechaje y sin mirar nadie.

Entre tanto, a este Brasil de las cuentas pagadas se le iban bajando las pulsaciones, trabado en la red que iba tejiendo Pizzi. Aunque no hay barrera que contenga los impulsos de Neymar, que a cuatro tantos de superar a Romario como cuarto artillero de la historia de la Seleçao, no iba a bajar tan rápido los brazos.

Salvador de Chile con su tanto al límite contra Ecuador, aún tendría una ocasión Alexis Sánchez en una jugada que acabaría anulada, pero con Chile cuarta en esos momentos el descanso parecía la mejor idea.

Frenético

No había sido Brasil hasta entonces ese equipo poderoso que había puesto en pie al continente con su resurrección de la mano de Tite. El de las nueve victorias y dos empates, y grandes planes para Rusia, pero tampoco convenía dejarle espacio.

Y, cuando Chile levantó la cabeza de la tabla, ya era tarde. Alves sacaba una falta de fuera del área que llegó a rechazar Bravo, pero cuyo rebote aprovechó fugaz Paulinho para poner el 1-0. Corría el minuto 54 y a Chile se le diluía el sueño ruso, mientras el polémico fichaje del Barça se daba el gusto de igualar e Neymar en la artillería de las eliminatorias.

Abierto el camino, no tardó en conseguir el premio que tanto buscó Gabriel Jesús, quien tras una carrera de 'Ney' por la izquierda pondría el segundo apenas dos minutos después.

Tuvo entonces un ataque de orgullo Chile, que casi recorta en un córner de vértido, aunque el oxígeno solo llegaría desde Lima con el gol de Colombia, que devolvía a la Roja el gotero del repechaje tras unos minutos en el limbo.

Pero con el partido descontrolado y la Seleçao haciendo las maletas, la batalla de Chile no se jugaba ya en Sao Paulo, sino en Lima, de donde vendría la peor noticia con el empate de la selección andina.

Un gol le daba la vida a Chile, que vio como su Mundial se iba en la carrera de Gabriel Jesús que pondría el tercero, mientras el último sueño de la generación dorada languidecía esperando una llamada de Perú que ya no llegaría.