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Llegó al taekwondo por casualidad. Es Dagoberto Castillo, gloria del deporte que recibió el pasado 22 de septiembre, en Nueva York, la mayor distinción de esta disciplina de contacto: llegar al Hall de la Fama del Taekwondo. 'No me imaginaba este reconocimiento. Me llenó de mucha satisfacción y alegría al igual que a toda mi familia'.

Oriundo de San Estanislao de Kostka (Arenal), Bolívar, pero residente entre Barranquilla y Miami, Castillo luce en su dedo anular derecho el anillo que le otorgó la organización Taekwondo Hall of Fame, responsable de identificar, reconocer y honrar a las personas y grupos que han contribuido significativamente al desarrollo, crecimiento y avance de esta disciplina como arte marcial y deporte global.

Como deportista, Castillo participó en 12 citas ecuménicas y se coronó campeón en el año 1978, en Oklahoma City, Estados Unidos. En 1984 recibió una distinción por su colaboración en el Mundial de Escocia.

'Este deporte te ayuda a desarrollar la confianza en ti mismo. El reto que uno tiene es que debe ser líder donde esté', explicó en diálogo con EL HERALDO. 

A sus 62 años, presume el octavo dan (grado) en este deporte, faltándole tan solo uno para llegar al máximo rango posible en la jerarquía de esta disciplina marcial.

Actualmente se desempeña como conferencista de taekwondo a nivel nacional e internacional.