Los Astros de Houston despertaron sus bates en el segundo juego de la Serie Mundial de béisbol para derrotar reñidamente en 11 innings a los Dodgers de Los Ángeles 7-6 y viajan ahora a sus predios con mucha confianza y aspiraciones de coronarse.
Con un festival de cuadrangulares, con ocho bambinazos de manera combinada (cuatro por cada equipo), los Astros despertaron el miércoles y en un partido no apto para cardíacos lograron llevarse el gato al agua.
Vuelacercas de latinos –la mitad de los bambinazos– pusieron a vibrar de emoción a los 53.000 espectadores reunidos en el Dodger Stadium de Los Ángeles, que recibieron así el ‘Clásico de Octubre’ por primera vez desde 1988, cuando derrotaron a los Atléticos de Oakland.
Por los Astros despacharon pelotas para la calle George Springer (en el undécimo para decidir), los venezolanos José Altuve y Marwin González (para empatar en el noveno), y el puertorriqueño Carlos Correa.
En tanto, por los Dodgers lo hicieron Corey Seager, Charlie Culberson, el cubano Yasiel Puig y Joc Pederson.
La serie –al mejor de siete encuentros– se traslada ahora a Houston, donde se llevarán a cabo los Juegos 3, 4 y 5, con un duelo de pitcheo para el primero hoy entre el japonés Yu Darvish (Dodgers) y Lance McCullers (Astros).
'Fue un juego increíble en muchos niveles, con tantos rangos de emociones', dijo el mánager de los Astros, A.J. Hinch, quien agregó 'fue uno de los juegos más increíbles, lo que demuestra que estamos preparados ahora para luchar en casa'.
'Es grandioso', explicó por su parte el abridor de los Astros, Justin Verlander, quien realizó una estupenda labor monticular, al punto de estar perdiendo el juego 3-1 en el sexto con solamente dos hits permitidos pero ambos fueron jonrones.
'Pero ahora estamos en cero otra vez (empatados) y vamos a casa, donde jugamos muy bien', agregó el estelar lanzador, que llegó a Houston a través de un intercambio con los Tigres de Detroit el 31 de agosto.
Los Dodgers, que vieron como su estelar bullpen –llevaban 28 entradas sin permitir carreras en la postemporada– se desmoronaba, tendrán que componerlo otra vez pues la sede de Houston, igual que el Dodger Stadium, es un paraíso para los jonrones.
Los Astros confían mucho en el poder de sus bates y en el dúo letal del venezolano Altuve –líder en promedio en ambas Ligas en la temporada– y el boricua Correa, así como en el despertar del héroe del segundo partido, Springer, de 28 años, y quien hasta ahora tenía mala fama de no conectar en postemporada.
En el primer juego Springer se había ido de 4-0, pero su reacción del segundo encuentro viene como anillo al dedo para los Astros ahora en su casa, al irse de 5-3 con dos impulsadas y el jonrón decisivo.
'Digan lo que digan, Springer tiene días más buenos que malos, así que voy a seguir alentándolo', subrayó el piloto Hinch.
Por su parte, Springer aseguró que los Astros regresarían a Texas confiados de tomar control de la Serie con tres partidos en casa a partir de hoy.
Los Astros se titularon en el tope de la Liga Americana por 4-3, tras sudar al máximo de siete juegos ante los Yanquis de Nueva York.
El conjunto texano llegó a la Serie Mundial por primera vez desde el 2005, cuando competían en la Liga Nacional, y en la que entonces cayeron ante los Medias Blancas de Chicago.
Por su parte, los Dodgers llegaron al Clásico de Otoño luego de destronar por 4-1 en la serie por el Campeonato de la Liga Nacional a los Cachorros de Chicago.