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El amor por el rugby se nota en cada frase que sale de sus labios. Son dos chicas alegres, una de temperamento fuerte, la otra un poco más reservada. Vienen de la misma zona y llegaron a Riohacha a formarse como profesionales, pero un balón de rugby se les atravesó en el camino. Carmen Ibarra y Katherinne Medina son dos chicas oriundas de Cotoprix, corregimiento de Riohacha. Son las dos únicas costeñas en la Selección Colombia de rugby femenina, que comenzó con pie derecho su participación en los Juegos Bolivarianos de Santa Marta 2017.

Medina, apasionada por el vallenato, dice que a través del deporte que practica aprendió a ser tolerante, cada día vive más enamorada del rugby y gracias a esta disciplina pudo cumplir uno de los sueños de todo deportista.

'Al principio decía que la que me jalara el cabello le pegaba, con el tiempo fui aprendiendo del valor de la tolerancia. A veces no tengo palabras para expresar todo lo que he vivido. El rugby para mí es como bañarme todos los días. Es un estilo de vida. Cuando no entreno me aburro. El oro más grande fue haber ido a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, fui privilegiada al estar dentro de los mejores del mundo', sostiene con orgullo la deportista de 24 años.

Ibarra, quien siempre está pendiente sus trenzas, arruga la cara cuando le dicen que el rugby no es un deporte para mujeres. Considera que con el rugby ha encontrado su pasión por eso cada vez que salta al terreno de juego lo hace con entusiasmo y con el deseo de que a su departamento lo conozcan más.

'Este es un deporte que te brinda muchas oportunidades en la vida. Es un deporte que me ha abierto las puertas. El rugby en las mujeres lo ven como un deporte brusco, lo relacionan con el fútbol americano, pero no es así. Cuando uno se lastima en el rugby es porque está haciendo las cosas muy mal, porque el rugby es un deporte muy seguro y técnico. Si hacemos las cosas bien no nos pasa nada. Quiero que las chicas se enamoren de este deporte y que mi departamento lo conozcan más', apunta la estudiante de primer semestre de psicología.

En Santa Marta, Carmen y Katherinne ya se han convertido en el centro de atracción de los aficionados. Su forma de ser y ese amor que respiran por el rugby han encantado a los samarios, que se les acercan para pedirles fotos. Ellas no tienen ningún problema en sonreír ante lente de las cámaras, pero cuando saltan a la canchas muestran todo este temperamento y carácter que destaca a la mujer de Riohacha.