Tristes, pero no abatidos. Así regresó la delegación rojiblanca este viernes a Barranquilla, luego de la derrota 2-1 a manos del Flamengo, en el juego de ida de la semifinal de la Copa Sudamericana en Río de Janeiro.
Y es que el Junior estuvo a 15 escasos minutos de lograr una gesta nunca antes vista en la historia del club, ganar nada más y nada menos que en el mítico estadio Maracaná.
Los jugadores del plantel rojiblanco, que pasaron del avión al bus que los condujo al hotel de concentración (sin que los medios e hinchas que los esperaban en el Ernesto Cortissoz pudieran verlos), no ocultaron la rabia que les produjo el hecho de que les ‘robaran el pan de la boca’, como se dice coloquialmente, cuando habían hecho un excelente partido en la tierra de los pentacampeones del mundo.
De lo que sí están seguros es que en Barranquilla las cosas 'serán a otro precio', como manifestó Víctor Cantillo, y que harán respetar la casa para poder acceder a la primera final continental de su historia.
'Quedamos con un poco de amargura, porque teníamos el resultado en la mano, pero sabemos que la serie está abierta y vamos a hacer hasta lo imposible para pasar. De eso pueden estar seguros', manifestó el arquero y capitán Sebastián Viera, en diálogo con EL HERALDO.
Palabras que concuerdan con el pensamiento del lateral Germán Gutiérrez, de buena presentación en el mítico Maracaná. 'Nos vamos de Río con algo de bronca. Terminamos tristes por el resultado.
Estábamos haciendo las cosas bien, teníamos todo a nuestro a favor y en dos pelotas aéreas nos complican. No pudimos contrarrestar ese fuerte de ellos', expresó el barranquillero antes de montarse al avión que los trasladó a Bogotá, para luego hacer la conexión con Barranquilla.
Luego de la caída del pasado jueves, vinieron las reflexiones. Unos aseguran que se dejaron llevar por la intensidad del Flamengo en los últimos minutos, otros son más analíticos y manifiestan que al equipo le faltó control y concentración en las pelotas aéreas, la vía por la cual el Flamengo insistió una y otra vez hasta sacarle del bolsillo el triunfo al equipo rojiblanco.
'Pienso que en el segundo tiempo faltó tener un poco más la pelota, aprovechar los espacios que nos brindaron, como lo habíamos hecho en la etapa inicial. Les terminamos entregando el balón y por ahí nos complicaron a punta de centros', dijo Yony González, quien tuvo calificación alta en Río de Janeiro, asistiendo a Teo para el único gol del ‘Tiburón’, y se convirtió en un dolor de cabeza constante para la defensa rojinegra con su velocidad y potencia.
'Falto mantener el resultado, pero estos son partidos jodidos, difíciles. Ellos convirtieron, ganaron y ya hay que aceptarlo. Ahora toca centrarse en el choque de vuelta. La serie está abierta y en casa podemos remontarla', remató con seguridad Viera.
Pero en medio de la tristeza y la rabia que invade a la plantilla rojiblanca, todos -absolutamente todos- concluyen en algo: 'Estamos vivos y se puede voltear esto en Barranquilla'.
'De los peores resultados, conseguimos el mejor, que era perder por la mínima ventaja y marcar un gol de visitante, que al final puede ser determinante. En el ‘Metro’ somos fuertes, así que esperamos hacerles sentir la localía', aseguró German Gutiérrez.
'Junior tiene el fútbol y la capacidad suficiente para pelear la serie y voltearla en casa. Ahora nos toca a nosotros jugar de local, sabemos lo que significa eso, lo fuerte que somos en Barranquilla, así que esperamos hacer una gran presentación para brindarle una alegría inmensa a nuestra afición. Unidos somo más fuertes, así que esperamos un ‘Metro’ lleno', concluyó Viera.