Santa Marta vivió su propia carrera contrarreloj, pero al final cruzó a tiempo la meta. Aunque pedaleó, con los dientes apretados y sin detenerse, al final respondió. Los XVIII Juegos Bolivarianos fueron un éxito. A la bahía más linda de América no le quedó grande la organización de las justas que marcaron el inicio del ciclo olímpico, de cara a Tokio 2020.
A falta de un año, los escenarios estaban en obra negra y otros apenas en proyecto. La carrera fue a toda marcha y al final se cumplió con el objetivo. Las 11 delegaciones que participaron en las justas se fueron satisfechas por el trato y el calor humano que les brindaron los samarios. Para los deportistas los lunares fueron pocos y coincidieron en que fueron más los 'aciertos que los desatinos'. Se marcharon contentos por la competitividad y la calidad de los escenarios.
'Como en todos los juegos hay cositas que mejorar, pero es más lo positivo que lo negativo a destacar. Tienen una cancha de rugby muy hermosa, que está en muy buenas condiciones y creo que estuvo a la altura', contó Michelle Flores, jugadora de la selección femenina de rugby de Perú.
El HERALDO hace un balance de lo bueno y lo malo de los Juegos Bolivarianos Santa Marta 2017.
Luces
Escenarios llenos
La afición samaria respondió a las expectativas y colmó las graderías de cada uno de los escenarios en los que se realizaron las competencias. Llegaban con horas de anticipación, se gozaron los juegos y cumplieron a la hora de decir: 'presentes'. Los que no pudieron entrar por falta de espacio, se las ingeniaban y utilizaban cualquier recurso para seguir las pruebas. Algunos se subieron hasta en los árboles para no perderse el espectáculo (esto sucedió en los partidos de béisbol).
Puntualidad a la hora de las competencias
Las pruebas siempre comenzaron en el horario programado. No hubo retrasos, ni quejas por parte de los deportistas por la demora a la hora de empezar a competir. Los atletas elogiaron la calidad de los jueces y respetaron las normas estipuladas. Cuando hubo cambios en la programación, se informó con tiempo, y así los competidores no sufrieron por llegar tarde a una prueba y así correr el riesgo de ser descalificado o no estar presente al momento de la competencia.
Asistencia médica oportuna
La asistencia médica fue clave a la hora de la atención de los deportistas y otras personas. Se contó con un equipo científico altamente capacitado que respondió oportunamente a los eventos donde se desarrollaron las competencias. Las delegaciones destacaron la red de ambulancias que se puso al servicio para la atención. Muchos de los atletas coincidieron en que lo mejor de los Juegos Bolivarianos, fue la rápida atención del cuerpo médico cuando hubo deportistas lesionados.
El apoyo del público
El público samario alentó a cada una de las delegaciones que participaron en los Juegos Bolivarianos. Desde las tribunas y los alrededores de los escenarios les demostraron a los atletas el cariño y el apoyo. Hubo empatía con las 11 delegaciones, que también destacaron el cariño brindando. 'Estamos sorprendidos con este apoyo. Poco se ve en otras partes donde hemos estado. Esto también es importante para nosotros porque nos motiva', dijo el nadador colombiano Jonathan Gómez.
Nivel deportivo de Colombia
Los deportistas de Colombia demostraron su gran rendimiento en cada una de las competencias. El nivel de Colombia sigue evolucionando y eso se vio reflejado en la tabla de medallería, donde fue ampliamente superior a Venezuela, que lo escoltó. Colombia impuso récord en medallas de oro en la historia de los Juegos Bolivarianos. El récord estaba en poder de Venezuela, que obtuvo 200 medallas oro en los Bolivarianos de Sucre 2009. En Santa Marta, Colombia superó a los ‘patriotas’ y terminó con 213 oros.
Calidad de los escenarios
A Santa Marta le quedan unos escenarios de calidad, que estuvieron a la altura de la exigencia de los Juegos Bolivarianos. Cabe resaltar, el complejo acuático, que cuenta con tres piscinas capacitadas para las competencias de carreras, clavados y la más corta, que es donde calientan los nadadores y que es de 25 metros. Los peloteros también elogiaron el estadio de béisbol, ubicado en la Unidad Deportiva Bolivariana. En líneas generales, no hubo problemas con la calidad de los escenarios donde los atletas dieron lo mejor de sí.
La seguridad
Durante la realización de los Juegos Bolivarianos no se registraron inconvenientes de seguridad con los aficionados que estuvieron en los escenarios, ni mucho menos con los deportistas. Santa Marta siempre estuvo vigilada por una buena cantidad de policías, que custodiaron dentro y fuera de los sitios donde se realizaron las competencias. Por fortuna no se presentaron inconvenientes con integrantes de las delegaciones, que pudieron transitar por la capital del Magdalena con total tranquilidad.
Sombras
Zonas de prensa. La principal falla de los Juegos Bolivarianos fueron las zonas de prensa en los escenarios deportivos. Los periodistas sufrieron a la hora de ubicarse en sitios determinados, tampoco hubo conexiones eléctricas donde conectar los equipos. El coliseo de Gaira, donde se realizaron los deportes de boxeo y taekwondo, fue uno de los lugares donde más sufrieron los comunicadores, que tuvieron que acudir a los baños para conectar sus herramientas de trabajo.
Iluminación del estadio de fútbol
El nuevo estadio de fútbol de Santa Marta, el Sierra Nevada, quedó con una estructura muy linda y con un campo de juego en buenas condiciones. Aún falta que se pulan algunos detalles, como la tribuna de occidental que está sin terminar. También se debe mejorar la iluminación del escenario deportivo que está ubicado en Bureche. La luz es demasiado deficiente y eso quedó evidenciado en las transmisiones que se hicieron por televisión.
Entorno de los escenarios
Los alrededores de los escenarios deportivos opacan la calidad de los campos de juego. El complejo urbanístico aún está en pañales y falta mejorarlo para que no dañe la buena imagen que se le ve a los escenarios. Después de realizar su primera competencia, Marian Pajón criticó la pista de bicicrós porque no contaba con el partidor adecuado. Al segundo día, ya la pista contaba con el partidor exigido. 'Estaré vigilante con lo que suceda con esta pista', sostuvo.
La lluvia
Los primeros días de los Juegos, la lluvia opacó un poco la fiesta que vivía Santa Marta. Los escenarios se vieron perjudicados, sobre todo los que están ubicados en Bureche, por la falta de desagües y el barrial que se armó en los accesos. La lluvia hizo que se retrasara la programación del segundo día en bicicrós, que debía comenzar a las 9 a.m. y solo empezó hasta las 12:30 m. En la segunda semana la intensidad de las lluvias bajó y los Juegos regresaron a la normalidad.
Congestión vial para llegar a Bureche
La movilidad para llegar hasta Bureche, sector donde está ubicado el estadio de fútbol, las pista de bicicrós y el estadio de atletismo, fue difícil. La unidad deportiva no cuenta todavía con una ruta adecuada y amplia. Se generaron demoras y trancones a la hora de desplazarse hasta el sitio. Salir de allá también resultó complicado. Pocos taxis llegan a ese sitio. Abundan los mototaxis.
Aguas negras en algunas competencias
Calles inundadas de aguas negras predominaron en El Rodadero donde se disputaron las pruebas de triatlón. Los atletas tuvieron que sortear este tipo de dificultades a la hora de competir. La Carrera Primera también estuvo llena de aguas negras durante la jornada de ciclismo. Por fortuna la situación mejoró después y se logró que Santa Marta estuviera a la altura.
Inconveniente con ciclistas ecuatorianos
Hubo falta de coordinación por parte de la logística y del conductor del bus en el que se movilizaban los ciclistas ecuatorianos. Los atletas debían llegar a Aracataca y el conductor tuvo un despiste y los llevó a una dirección equivocada. Finalmente los ciclistas ecuatorianos Byron Guamá, Jefferson Cepeda y Jorge Montenegro, quienes iban a participar en la prueba de ruta masculina, no pudieron competir.