Por corromper el deporte más popular del mundo y aceptar sobornos de millones de dólares un jurado de Nueva York declaró el viernes culpables a dos exjerarcas sudamericanos, al final de un extraordinario proceso que develó oscuros entresijos del fútbol mundial.
Juan Ángel Napout, de 59 años, expresidente del fútbol de Paraguay y extitular de la Confederación Sudamericana de fútbol (Conmebol) y José Maria Marín, de 85 años, exjefe del poderoso fútbol brasileño, fueron hallados culpables de asociación para delinquir, lavado de dinero y fraude bancario en el marco del juicio de corrupción de la FIFA.
Tras seis días de deliberaciones al final de siete semanas de juicio en la corte federal de Brooklyn, el jurado no llegó a una conclusión sobre si el tercer acusado, el exjefe del fútbol de Perú Manuel Burga, de 60 años, es culpable o no del único delito del que es acusado, asociación para delinquir, y seguirá deliberando el asunto el martes 26.
Los acusados, presentes en la sala, escucharon el veredicto serios, sin mostrar emoción. La jueza Pamela Chen decidió que serán encarcelados de manera inmediata hasta su sentencia pese a los ruegos de sus abogados, en el caso de Marín debido a su avanzada edad y su salud, ya que toma medicamentos para la depresión y la hipertensión.
'No creo que tenga sentido aplazar un encarcelamiento que tendrá lugar', dijo la jueza, señalando la gravedad de los delitos.
'Los acusados enfrentan sentencias potencialmente muy significativas', de al menos 10 años según las normas federales, dijo la jueza, que puede de todos modos aplicar la sentencia que le parezca más conveniente.
Los acusados pueden apelar el veredicto, pero 'no creo que hay razones reales para una apelación', opinó Chen.
Tres policías de civil irrumpieron en la sala y querían ya llevarse a los acusados, pero los defensores pidieron media hora para hablar con sus clientes. Napout se acercó a sus tres hijas y a su esposa, y entregó a ésta discretamente su reloj, una cadena y su cinturón.
Aunque el gobierno estadounidense ha acusado a 42 personas y a la empresa deportiva Traffic de 92 delitos y de aceptar más de 200 millones de dólares en sobornos, los tres exdirigentes juzgados son los únicos que se declararon inocentes tras su extradición a Estados Unidos.
Los cargos
Napout y Marín fueron condenados por el delito de conspiración para delinquir en el marco de una organización criminal -un cargo utilizado muchas veces en casos de mafia o cárteles del narcotráfico- por integrar una red que aceptaba sobornos a cambio de contratos de televisación y marketing de partidos y torneos como la Copa Libertadores y la Copa América.
Según la fiscalía, acordaron recibir respectivamente 10,5 millones y 6,55 millones de dólares en sobornos de las empresas Torneos y Competencias, Full Play y Traffic.
Marín, grabado sin su conocimiento hablando de sobornos, fue condenado por seis de los siete cargos de los que era acusado, y absuelto de lavado de dinero en relación a la Copa de Brasil.
Napout fue condenado por tres de los cinco cargos que enfrentaba: asociación para delinquir y fraudes bancarios en la Copa América y la Copa Libertadores. Fue absuelto de los delitos de lavado de dinero.
La fiscalía lo acusaba de recibir sobornos en efectivo en Buenos Aires de manos de Hugo y Mariano Jinkis, dueños de Full Play.
En el caso de Burga, el gobierno lo acusa de aceptar 4,4 millones de dólares en sobornos que nunca cobró porque era investigado por las autoridades peruanas por lavado de dinero.
El rastro del dinero
Meticulosamente, trabajando codo a codo con agentes del fisco estadounidense y el FBI, el gobierno estadounidense investiga desde 2010 la pista del dinero pagado por empresas deportivas a la entonces cúpula de la Conmebol y la Concacaf en bolsas en efectivo o vía cuentas bancarias en Suiza o Andorra, cambistas en China o Taiwán, Montevideo o Buenos Aires y empresas fachada en Islas Caymán.
El proceso en Brooklyn ha dejado al descubierto la vida de reyes de los exaltos dirigentes del fútbol mundial, con choferes, viajes en jets privados y un 'tratamiento presidencial' en aeropuertos, congresos en Bahamas o isla Mauricio y hasta cruceros por el Danubio para las esposas y a veces sus hijos o nietos.
De los 42 acusados, 24 se han declarado culpables y dos ya fueron sentenciados por la jueza.
Quince están en sus países, algunos en libertad como el suspendido jefe del fútbol brasileño Marco Polo del Nero o el paraguayo Nicolás Leoz, exjefe de la Conmebol de 89 años, que lucha contra su extradición a Estados Unidos y desde 2015 está internado en un hospital de su propiedad en Asunción.