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'Muchos colegas me preguntaban que si me había retirado', expresa el pesista Gustavo Maldonado mientras enfoca su mirada en los 140 kilos que espera alzar en el sitio improvisado de entrenamiento en el parque de la Urbanización Bonanza en Soledad.

En el 2014, en un chequeo para ingresar a la Selección Colombia, Maldonado se lastima su pierna izquierda. Su menisco, tras un mal movimiento en uno de los ejercicios, sufre una rotura y tiene que ser intervenido quirúrgicamente.

Un año lejos del maderamen hizo que su nombre poco y nada sonara en campeonatos nacionales e internacionales. 'Fue duro. Un año sin hacer nada', rememora el estudiante de Licenciatura en Educación Física en la Universidad del Atlántico (tercer semestre).

En septiembre de 2015 regresa a la acción. 'El primer certamen al que asistí fue en Palmira, Valle del Cauca. Un Campeonato Juvenil y Mayores, obteniendo el cuarto lugar en juveniles y en mayores el tercer lugar. Después de allí viene una preparación fuerte para recuperar las marcas de los años anteriores. Comencé a ganar medallas de plata y bronce, ganando peso'.

EL NIÑO INQUIETO

Desde el 2012, en un Campeonato sub-15 en Montería, Gustavo comenzó a levantar pesas. Luis Arrieta, hoy entrenador de la Selección Colombia sub-15, no lo quería tener entre sus alumnos por su actitud.

'Era muy inquieto. Andaba en la calle y poco caso hacía. Pero él (Luis) me fue guiando. Fui tomando la técnica necesaria y él se dio cuenta que tenía condiciones. Un día me regaló unas botas y desde allí supe que confiaba en mí. Ha sido muy importante para mi carrera'.

Sus padres, Gustavo Maldonado y Maryluz Muñoz, en primera instancia, tampoco querían ver a su retoño con licras, levantando el doble y hasta el triple de su masa corporal.

'Al principio no tuve el apoyo de ellos. Te vas a quedar pequeño, me decían. Ves a saltar llantas, a jugar baloncesto (risas), pero siempre me gustaron las pesas. Recuerdo que en un chequeo, el cual era a las 6 de la mañana, le dije a mi mamá: Levántame temprano. Y a dónde me levantó. Cuando desperté me dijo: no te levanté porque no quiero que hagas pesas. Después, cuando fueron viendo los resultados, ya mi mamá me levantaba y hasta me decía que por qué no iba a este o a aquel torneo (risas)'.

Lo que se viene

En diciembre de este año, en el Suramericano Juvenil y en la Copa Mundo que se desarrollaron en Lima, Perú, Gustavo cosechó seis preseas doradas en los 77 kilogramos de peso. Los triunfos en suelo Inca ratificaron que está vigente.

Dos décadas de vida y muchos kilos por levantar. Maldonado le apunta a los Juegos Centroamericanos y del Caribe que se realizarán en Barranquilla a partir del 19 de julio de 2018.

'Con la ayuda de Dios, si es su voluntad, estaré en ese proceso. Tener un soledeño aquí en su tierra, esa es la idea', agrega el joven deportista, quien asiste fielmente a la iglesia cristiana Abrigo del Altísimo.

Otro de sus objetivos, el cual espera alcanzar así como lo ha hecho cuando de subir de peso se trata (44 kilos, 48, 56, 62, 69 y 77), son los Juegos Olímpicos de Tokio-2020.

'Sueño con asistir. Lo sueño a cada rato y creo que estamos haciendo el esfuerzo para ello. Desde que regresé siempre lo he tenido presente'.

Gustavo sigue los pasos del ícono de las pesas en Colombia, Luis Javier Mosquera (22 años, Yumbo, Valle del Cauca).

'Es un capo. Es el prototipo ideal. Él se caracteriza por ser humilde y una gran persona. Hasta ahora tengo su corte', bromea antes de hacer su último envión del día.