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Los amantes y directivos del fútbol iraquí tienen sus esperanzas puestas en Bogotá, donde el consejo de la Fifa decide el viernes sobre el futuro del país, al que se le prohíbe desde los años 1990 albergar partidos oficiales.

Desde hace años, Irak construye estadios y exhorta a las instancias del fútbol que se le permita volver a celebrar esos partidos, prohibidos por la Fifa por razones de seguridad, una de sus preocupaciones primordiales.

En efecto, las reiteradas guerras, el embargo y luego la invasión del país bajo el régimen de Sadam Husein, las violencias confesionales y de los yihadistas obligaron al equipo nacional y a los clubs iraquíes a celebrar sus encuentros en el exilio.

Es cierto que en 2012, la Fifa levantó su sanción. Pero desde el primer partido internacional organizado —Irak-Jordania en Erbil, en el Kurdistán—, un corte de electricidad obligó al organismo a dar marcha atrás.

Finalmente, la instancia suprema del fútbol mundial consintió ese mismo año en autorizar 'bajo reserva de que la situación siga estable' partidos amistosos y solamente en tres estadios: Erbil, Basora y Kerbala.

Derrotar al Estado Islámico. Desde entonces, Irak pide regularmente que la situación sea reevaluada.

El gobierno de Bagdad se declaró en diciembre 'vencedor' del grupo Estado Islámico —que en 2014 llegó a controlar buena parte del país— y ahora desearía que la Fifa 'validara' esa situación.

Pero ante el optimismo de rigor que muchos muestran, algunas voces se elevan para advertir que la decisión de la Fifa podría no estar a la altura de las expectativas, o que podría ser postergada.

Algunos temen que el análisis del tema sea postergado al Congreso de la Fifa, previsto en junio en Rusia. 'Si ello ocurriera, evidentemente sería una señal negativa' admite el responsable de prensa del ministerio de la Juventud y Deportes iraquí, Ali al Atuani.

Su ministerio y la federación iraquí movilizaron a un peso pesado regional, Arabia Saudita, que aceptó venir a jugar en Basora (sur) un partido amistoso. A éste acudió incluso el jefe de la Confederación asiática, jeque Salman ben Ibrahim Al Jalifa, aunque quien no lo hizo fue el presidente de la Fifa, Gianni Infantino, pese a haber sido invitado.

El jeque habló de 'éxito' y abogó por que retornen a Irak los partidos oficiales, aunque siempre pese la amenaza de atentados.

A medias. Muchos especialistas del fútbol iraquí prevén que la Fifa decidirá flexiblizar la prohibición más que levantarla. En suma, una medida 'a medias', que dejaría al país bajo vigilancia.

Recientemente, la Confederación asiática intentó sortear la prohibición al autorizar a dos equipos iraquíes a jugar a domicilio dos partidos de la Copa AFC, una competición abierta a clubes de países considerados 'en desarrollo' por esa instancia.

Pero tuvo que dar marcha atrás, después de una llamada al orden de la Fifa.

Pero según el periodista deportivo Husein Salman, poco importa la decisión que se tome en Bogotá ya que 'para los iraquíes, la prohibición de la Fifa ya ha desaparecido'.

'Desapareció con el partido contra Arabia Saudita', el 28 de febrero, cuando 60.000 aficionados entusiastas asistieron a la victoria iraquí por 4 a 1. Ese día nada ocurrió 'a medias'.