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Con emoción hasta el putt del último hoyo, el estadounidense Patrick Reed se coronó este domingo en la 82ª edición del Masters de Augusta de golf, logrando así el primer grande de su carrera, mientras el español Jon Rahm finalizó en la cuarta posición.

Reed, de 27 años, se puso en cabeza en la segunda ronda y, con una tarjeta total de 273 golpes (-15), se hizo con la victoria por delante de sus compatriotas Rickie Fowler (274) y Jordan Spieth (275), segundo y tercero respectivamente.

'Es casi imposible articular palabra', explicó visiblemente emocionado, con la icónica chaqueta verde y un premio de 1,98 millones de dólares.

Este es el primer major en la carrera de Reed, 24º del ranking de la PGA, al que se le vio nervioso en el comienzo de la jornada pero que consiguió enderezar el rumbo en los últimos hoyos del Augusta National Golf Club.

El norteamericano comenzó su participación el jueves con una tarjeta de 69 golpes y, el viernes, tomó el liderato con 66, que ya no soltó. El sábado confirmó sus buenas sensaciones con 67 pero el domingo, al lado del norirlandés Rory McIlroy, se le notó la tensión.

No en vano, insufló de oxígeno a sus rivales con un bogey en el primer hoyo, otro en el sexto y otro en el undécimo.

Poco a poco, el local veía cómo McIlroy se quedaba atrás, incapaz de meter sus putts, pero notaba por los aplausos del público cómo Spieth y Fowler se le iban acercando.

Y es que el espectáculo corrió a cargo de Spieth, quien arrancó el día con -5 y acabó con -13 con una tarjeta de 64 golpes.

Spieth incluso acarició el récord de Augusta de 63 en una ronda, pero en el hoyo 18 hizo el único 'bogey' de su brillante jornada.

Antes, había hecho las delicias de los miles de aficionados que abarrotaron las gradas con nueve birdies.

'Empecé el día nueve por detrás. Quería hacer una ronda baja y ver qué pasaba, en caso de que ocurriera alguna locura', apuntó Spieth que, en caso de victoria, hubiera firmado la mayor remontada de la historia del torneo.

Fowler, por su parte, metió presión a Reed hasta el último hoyo, con un 'birdie' que lo situó a apenas un golpe.

'Dimos lo máximo ahí afuera e hicimos que 'P-Reed' se lo mereciera', dijo Fowler.