Jóvenes palestinos adeptos al parkour decidieron de forma excepcional efectuar sus acrobacias en la frontera entre la Franja de Gaza e Israel, escenario de importantes manifestaciones y sangrientos enfrentamientos desde fines de marzo.
A su manera, es decir con saltos hacia adelante, piruetas hacia atrás y acrobacias que requieren un perfecto equilibrio, se manifestaron en el campamento erigido para acoger las manifestaciones de la 'marcha del retorno'.
Esta protesta, que termina el 15 de mayo, día de la conmemoración de la 'Nakba' ('catástrofe' en árabe) que supuso para los palestinos la proclamación del Estado de Israel en 1948, exige el retorno de los palestinos que fueron expulsados o huyeron de sus tierras tras la creación del Estado hebreo.
Las protestas derivaron en duros enfrentamientos que han provocado desde el 30 de marzo la muerte de 31 palestinos, según el ministerio de Salud de Gaza. No hay víctimas del lado israelí.
Israel ha sido criticado por varias organizaciones de derechos humanos por el uso de balas reales contra unos manifestantes que no representan una amenaza inmediata para sus soldados.
El martes por la noche, apostados en sus torres o parapetados detrás de muros de arena, los soldados israelíes observaron las evoluciones de los acróbatas, a solo unos cientos de metros de la valla fronteriza de Rafah, en el sur de Gaza.
'Lo único que tenemos para resistir es el parkour', afirma uno de sus practicantes, Mohamed Abu Yihad.
Pero la práctica de esta disciplina no es siempre bien vista en la conservadora sociedad de Gaza.
'Algunas personas impiden que nos entrenemos en los parques y en las calles' relata otro adepto al parkour, Naji Muamar, de 27 años.
El final de la 'marcha del retorno', a mediados de mayo, coincidirá además con la fecha prevista del traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén.
Esta decisión del presidente Donald Trump generó protestas en el mundo árabe e indignó a los palestinos, que quieren convertir Jerusalén Este, la parte palestina de la ciudad ocupada y anexionada por Israel, en la capital del Estado al que aspiran.