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Un upper para noquear el estrés. Juan De Ángel llega al parque El Golf. Enciende un parlante, sintoniza la música, estira sus brazos y no pierde del radar sus guantes. El boxeador de 30 calendarios cayó el pasado 17 de febrero por decisión unánime ante el estadounidense Austin Trout. 'Ganar por decisión afuera es difícil. Tengo que buscar el nocaut en mi próxima batalla', expresa con ímpetu el barranquillero mientras saluda a una de sus alumnas. 

Lejos de los ensogados, De Ángel transmite, al aire libre, los conceptos que puso en practica desde que saltó como profesional el 16 de noviembre de 1996. Ocho personas se benefician de sus clases: guardia, movimientos, rectos, ganchos o jabs, son explicados detenidamente por ‘la Amenaza’, apodo con el Juan se ha dado a conocer.

Su aprendiz más aventajada es Carolina Baeza. La rubia caleña, de 31 años, ve en esta disciplina la terapia perfecta para mandar a la lona los problemas que trae consigo el diario vivir. 

'Estoy todo el día frente a un computador. Llegar a este parque, el cual me parece lindo porque no estás en el encierro, me libera del estrés. Esta parte es mi oxígeno, mi meditación', comenta Baeza mientras se pone en guardia. 

Hace cuatro años cambió la ‘Sultana del Valle’ por ‘la Arenosa’. Trabaja como auditora e impulsó a su amiga María Alejandra Pérez, un año menor, para que asistiera al parque a lanzar sus puños. 

'Llegué al boxeo por Carolina. Desde que lo conocí, hace mas de un año, no lo cambió por nada. He probados con pesas, gimnasio funcional, estoy haciendo CrossFit, pero el boxeo es ese liberador de estrés muy bueno. Este es el espacio que uno se regala. Me desconecto totalmente del celular y me brindo un espacio para luego ir a trabajar con la mente fresca al siguiente día', manifiesta María Alejandra, una bumanguesa, abogada de profesión y con 18 años vividos en la ‘Puerta de Oro de Colombia’. 'Santandereana de nacimiento, barranquillera por adopción', agrega con una sonrisa.