El español Rafael Nadal, número 1 mundial, necesitó más esfuerzo del previsto este martes para finiquitar su partido de debut en este Roland Garros, que el lunes había tenido que ser interrumpido por la lluvia, ante el italiano Simone Bolelli, por 6-4, 6-3 y 7-6 (11/9).
El partido había quedado detenido la víspera con ventaja 3 a 0 para Bolelli en el tercer set, donde el italiano llegó a disponer en el 'tie break' de cuatro bolas para apuntarse la manga, pero Nadal resistió y pudo continuar finalmente con su racha de sets seguidos ganados en la tierra batida de París, que eleva ahora a 29.
Nadal empezó muy bien tras la reanudación y le devolvió el quiebre de servicio al italiano, para recuperar rápidamente la desventaja y nivelar pronto 3-3.
Con 4-3 para el italiano, Bolelli tuvo cuatro bolas de 'break', pero Nadal las levantó y terminó nivelando 4-4.
Bolelli siguió presentando una gran resistencia y se adelantó 5-4 y luego 6-5, pero Nadal forzó el 'tie-break' y allí tuvo que levantar cuatro bolas de set en contra antes de ganar 11/9.
'Ha sido un partido muy difícil. Simone ha jugado muy bien, ha estado muy agresivo. Tuvo opciones en el tercer set. Estoy feliz por haber ganado y por volver a esta pista Philippe Chatrier, que es tan importante en mi carrera', declaró Nadal a los espectadores desde la pista, justo tras sellar su victoria.
'Todas las primeras rondas son difíciles, como siempre. Es importante haber ganado, todos los adversarios son complicados', señaló.
Tres años sin perder un set
Nadal no pierde un set en Roland Garros desde su derrota en cuartos de final de 2015 contra el serbio Novak Djokovic. En 2016 abandonó antes de jugar en la tercera ronda, después de haber vencido en las dos primeras rondas en tres sets, mientras que en 2017 conquistó su 'Décima' corona en Roland Garros ganando sin perder ningún parcial.
Bolelli pudo al menos conseguir 13 juegos ante Nadal, más que cualquiera de los siete rivales que el español eliminó en su camino al título el año pasado, cuando perdió únicamente 35 juegos en todo el torneo. Entonces el holandés Robin Haase, con ocho juegos en la segunda ronda, fue el que más resistencia plantó al rey de la tierra batida.
Se ganó por ello la ovación del público de la central de Roland Garros en el momento de abandonar la pista.
El mallorquín ha tenido una temporada muy positiva en esta superficie, en la que ha conseguido sus undécimos títulos en Montecarlo y Barcelona, además del octavo en Roma.
Sólo perdió un partido este año en tierra, contra el austríaco Dominic Thiem (8º del mundo) en cuartos de final del Masters 1000 de Madrid.