La alemana Angelique Kerber se clasificó para su cuarta final de Grand Slam al vencer a la letona Jelena Ostapenko, en dos sets (6-3 y 6-3), este jueves en las semifinales de Wimbledon.
Kerber, antigua número 1 mundial (10ª actual) de 30 años, ganó el Abierto de Australia y el US Open en 2016. Fue finalista en Wimbledon ese año.
En esta ocasión jugará el sábado por el título con la ganadora del duelo de este jueves entre su compatriota Julia Gorges y la gran estrella del tenis femenino, Serena Williams.
Tras un año 2017 muy difícil, en el que Kerber tuvo problemas para digerir su posición de número 1 mundial, la alemana ha recuperado este curso el nivel que le sirvió para desbancar a Serena hace dos años.
Precisa en sus aceleraciones en el fondo de la pista y muy dura en defensa, fue capaz de frenar la potencia de Ostapenko (12ª WTA), de 21 años y ganadora de Roland Garros en 2017.
Fiel a su costumbre, Ostapenko lideró los golpes ganadores (30 por 10 de Kerber) y los errores no forzados (36 contra 7).
Pero sus numerosos errores le impidieron que el sábado pueda luchar por el título en categoría absoluta que ya logró en 2014 en juniors.