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Nunca lo hemos visto en una calle del barrio Rebolo, jamás se ha jugado en el Barrio Abajo. Nadie camina el Paseo Bolívar en busca de un afiche de sus estrellas o de los implementos que exige. No hay niños dándole raquetazos a un volante en las zonas aledañas a Buenavista. Ni en el sur, ni en el centro, ni en el norte de Barranquilla se sabe gran cosa sobre bádminton y mucho menos se pone en práctica. Este deporte, uno de los 36 que se disputarán en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que se inaugurarán el próximo jueves en la ciudad, no tiene exponentes visibles ni club ni Liga en todo el departamento del Atlántico, pero en el mundo cuenta con unos 200 millones de practicantes y figura en el listado de disciplinas olímpicas desde Barcelona-1992 (ver infografía).

En Asia, donde nació el deporte con el nombre de ‘poona’ (en la India), se ubican los mejores jugadores de bádminton. Indonesios, chinos y surcoreanos son los tesos para esta especie de ‘primo’ del tenis que se juega con raquetas y con un volante (shuttlecock, en inglés; al que también llaman pluma, plumilla, mosca o gallito) en vez de una pelota.

El volante, compuesto por alas de ganso (los que se usan al más alto nivel), puede alcanzar velocidades que superan los 400 kilómetros por hora. 

En Gran Bretaña adquirió el nombre actual porque 'el Duque de Beaufort lo practicaba constantemente en su finca campestre de Gloucestershire, conocida como ‘Bádminton House’', según Wikipedia y varios portales especializados. Desde el Reino Unido se empezó a conocer en otros países. 

A Colombia llegó en 1982, exactamente a Montelíbano, Córdoba, a través del inglés Sir Arthur Smhytes, cuenta la antioqueña Lina Marcela Zapata, 'la única colombiana en participar como juez de bádminton en unos Juegos Olímpicos', según sus palabras.

'El señor Smhytes, en compañía de Wilfred Rocha, comenzaron juntos el bádminton en Colombia en las minas de níquel de Cerro Matoso. Fue una alternativa deportiva lanzada para los hijos de los empleados de las minas', explica Zapata.

Sin embargo, esa semilla sembrada por el inglés no ha germinado demasiado en esta tierra sudamericana. La práctica del bádminton se podría considerar incipiente en el país. De hecho no tendrá representantes en estos Juegos Centroamericanos y del Caribe.

'Se puede decir que tenemos unos 3 mil jugadores, la mayoría se concentran en Santander, Valle, Cauca y Antioquia, pero también hay ligas en Risaralda, Bolívar, Cundinamarca, Quindío y Bogotá', informó Zapata, que es la gerente de campeonato de bádminton en las justas Barranquilla-2018.

Hay un torneo con ocho válidas nacionales, que se realizan cada dos meses en diferentes partes del territorio colombiano.  

En los Centroamericanos y del Caribe un total de 13 países buscarán las cinco medallas de oro que hay en juego en cinco modalidades (individual masculino, individual femenino, dobles masculino, dobles femenino y dobles mixtos).

Barbados, Costa Rica, Cuba, Guatemala, Guyana, México, República Dominicana, Panamá, Surinam, Jamaica, Venezuela, El Salvador y Trinidad y Tobago lucharán por subirse a los podios en ‘la Arenosa’.

Mexicanos y guatemaltecos son los que suelen disputar los primeros lugares a este nivel. El azteca Lino Muñoz y el chapín Kevin Cordón, que estuvieron en los Juegos Olímpicos Río de Janeiro-2016, figuran entre los principales favoritos. 

Lo que encontrarán

Los partidos de bádminton se jugarán en el coliseo de la Universidad del Norte, a partir del 27 de julio desde las 8 a.m. hasta horas de la noche. Seis canchas, tres adquiridas y tres prestadas a Santa Marta (que las tuvo en los Juegos Bolivarianos), se acondicionarán en el escenario del centro académico.  

'Este es un deporte de mucha exigencia física, es un deporte totalmente anaeróbico, requiere que sus practicantes sean muy hábiles y ágiles. También es un deporte muy elegante, estético y armónico, muy parecido a la esgrima. Además tiene velocidad, el atractivo de los impactos y los saltos, hay jugadores que pueden saltar metro y medio y dos metros de manera vertical y eso es un espectáculo, es realmente un show. El proyectil, hecho de pluma de ganso natural también le da un toque de vistosidad importante. El volante es un elemento poco común', expresó Lina Marcela Zapata.  

Así las cosas, el bádminton es un deporte que vuela más alto de lo que cualquier atlanticense pueda pensar. Y no por las alas de ganso que forman el volante, es por sus acciones aéreas, su elevado espectáculo y la gran emoción que genera.

¿Y las canchas?

Como en Barranquilla no hay practicantes de bádminton, es muy probable que las canchas adquiridas pasen a otras ligas del país. Es una buena oportunidad para darle alas a esta disciplina en la ciudad.